Chingar: ¿herencia europea?
La occidentalización y su
historia, no es otra que una historia que se escribió con sangre inocente,
sangre humana, violaciones, esclavitud, brutalidad, este es el precio de lo que
hoy llamamos civilización. El occidente cuna de la racionalidad, de la cultura
y hoy paradigma indiscutible de lo que debe ser una ciudad, pináculo de la
humanidad, carece de herramientas para entenderse, interpretarse y guiarse, a
lo cual Nietzsche acertó cuando escribió “Nosotros los que conocemos nos
desconocemos a nosotros mismos”, ahora bien, la cuestión es ¿chingar es una
esencialidad del mexicano o fue heredada? Es decir, ¿ya existía en el mundo
occidental, los europeos estaban acostumbrados a ella y sólo que se puso en
práctica en el nuevo mundo con saña, alevosía y ventaja? La cuestión lleva a
indagar seriamente en el pensamiento ético y político de la historia
occidental, en los grandes tratados de la convivencia humana, ahora bien,
¿chingar es una invención mexicana?
El coloquio maquiavélico repleto
de crudeza y crueldad, revela de una manera central la idea antropológica que
rige el sistema occidental. La expresión de Maquiavelo descarnada por su
radical brutalidad al afirmar categorías fundamentales para la política,
expresión cruda que es guiada por la crudeza de la vida misma, el hombre según
Maquiavelo es perverso, cruel,
traicionero, pero sobretodo interesado. El
poder símbolo de autoridad los hombres lo respetan pero una vez que se esté
perdiendo poder, los hombres como aves de rapiña desmembrarán la vulnerabilidad
del poderoso, de ahí sus máximas más famosas “Es más seguro ser temido que
amado” y dice seguro por su inferencia de la
rapacidad humana, hacer violencia en el otro es necesario para tener seguridad
ante la vida. La crueldad (si podríamos llamarla así) de Maquiavelo reside en
sus consejos para mantener el poder político del príncipe en palabras mexicanas
¿Cómo chingar al pueblo para mantener hegemonía? Aconseja con una malicia que
podría decirse que es irreal, pero que hablando con la verdad es efectiva y
viva hasta nuestros días, divide, dispersa y
empobrece palabras tan actuales en nuestra política, ya que el pueblo disperso y
pobre no hace daño, y es increíble lo que agrega “los hombres de las ofensas
pequeñas se vengan, de las grandes no pueden” a los hombres no se les trata
bien se les aplasta, de tal suerte que el otro es mi enemigo, enemista
milenaria irreconciliable, a lo cual escribe “Aquel que propicia (o trabaja)
por el poder de otro, labra su propia tumba”. El hombre es un instrumento que
se debe saber manipular para tus fines o en su defecto aniquilar, Agrear a Shopenhauer la natulareza humana, El adiestramiento
que esboza Maquiavelo raya en una realidad profética para el control de las
masas, analiza cómo se puede prolongar por siglos el poder y escribe: el poder
perdura más cuando se le enseña al hombre a obedecer, a que olvide su historia
(para repetirla), a restringir su libertad, ya que los hombres libres son más
ávidos y prestos para la rebelión y las armas, (y lo que continua diciendo es
exorbitante, por eso se dice el genio brillante maquiavélico). Los hombres
libres tienen memoria de libertad y esto los alienta a recuperarla, sin embargo
los hombres que siempre han sido esclavos
no saben qué hacer con la libertad, tienen miedo a ser libres, la exquisitez tiránica
es inaudible, los consejos para saber violentar al pueblo es de una genialidad
espléndidamente malvada, a la prole hay que saberla gobernar, por eso al pueblo
las ofensas todas juntas y los favores poco a poco, el pueblo nunca quiere ser
dominado y oprimido por los poderosos y son los poderosos los que desean
dominar y oprimir al pueblo. La lucha de intereses en la política es natural, el
bien no es posible, ser bueno hipócritamente sí, aprender a ser bueno disfrazando
tus verdaderas intenciones, de aquí surge la máxima más popular de Maquiavelo
“el fin justifica los medios” para Maquiavelo ser bueno con los hombres es
imposible, la razón es la única que nos salva de ser un animal y ejercer
violencia, tomar el poder debe ser sutil e inteligente, en efecto: un hombre
que quiere profesar de ser bueno sólo labra su ruina entre tantos que no lo
son, se debe aprender a no ser bueno (e inocente), la pedagogía maquiavélica
reside en aprender todo lo posible para sacar adelante tus intereses, se debe
aprender las costumbres, tradiciones, valores, historia para sacar provecho a
tus finalidades, es por eso la necesidad imprescindible del hombre para hacer leyes que lo rijan y
las bestias tienen la fuerza, pero como no basta la primera la segunda es
necesaria, es necesario ocultar lo que es el hombre “perverso” a esto dice: todos ven lo que
pareces, pocos palpan lo que eres, de esta manera, el pueblo siempre se atiende
a apariencias y a lo que acontece, y en el mundo no hay más que pueblo. Todo
nos da la primeras pautas para entender las eventuales praxis humanas en
nuestra occidentalización.
Aristóteles símbolo de razón,
ciencia y filosofía, expositor y propulsor de las más bastas y hermosas artes,
sin embargo éste heleno pone las bases para poder chingar, el mundo es
individualista, entendido esto como que cada individuo es procurador de su
propia subsistencia, felicidad y bienestar. El Estagirita propone que la ciudad
es creación humana, la unión por nuestras propias necesidades para lograr el
Bien, el bien común que se debate en diferentes intereses, a todo esto
Aristóteles se emprende a intentar conciliar: el individualismo con la búsqueda
del bien común. Para que una ciudad sea buena necesita buenos ciudadanos, y los
bueno ciudadanos son aquellos que están llenos de virtudes y buscan la vida
virtuosa, de esta manera los intereses deben ser comunes, intereses
particulares vician la política. A todo esto explica que una ciudad es aquella
que se gobierna por sí misma, satisfaciendo las necesidades que le imponga la
existencia. Ahora bien en el momento de establecer quién si es un ciudadano y
quién no lo es, establece clausuras inconmensurables: un ciudadano debe ser
ateniense, los no-atenienses se chingan, el ateniense es símbolo y paradigma
indiscutible de lo que es hombre, de tal suerte, que los esclavos, forasteros,
deformes, deficientes mentales y las mujeres están fuera de la polis, fuera de
la ciudad, según Aristóteles la justicia es necesaria para gobernar, la
injusticia es símbolo de vileza, crueldad y bestialidad, cada hombre debe tener
lo que merece, lo que su trabajo y virtudes le hace meritorio tener, cada
hombre debe forjar lo que quiere poseer, en efecto, son nuestras
vulnerabilidades y necesidades lo que hace la unión humana, ya que ningún
hombre puede vivir bien, si no tiene sus necesidades cubiertas, y todos deben
tener las herramientas y los instrumentos para hacer bien su trabajo, el bien
cada quien se lo procura, con su trabajo, con su esfuerzo y con sus virtudes, en
efecto, un ciudadano es aquel que goza del poder de participar en la
administración y deliberación de justicia en una ciudad, sin embargo, excluye
de estos privilegios a los no-ciudadanos y ¿Quiénes son los no-ciudadanos? Los
no-griegos, los barbaros, para él la esclavitud no es una invención humana es
una ley natural, hay hombres que nacieron por naturaleza para ser esclavizados,
oprimidos, maltratados, para la servidumbre, para satisfacer la necesidades
sexuales (mujer), la esclavitud, servidumbre, la opresión y dominación de las
razas inferiores (entre ella la mujer) es imprescindible, el esclavo es una
especie de instrumento, de herramienta, de cosa para ser útil, estos deben
procurar comodidad, servicio y riqueza, en efecto, un buen bárbaro es aquel que
acepta y se somete dócilmente a quien es superior por naturaleza, se sujeta a su amo y le
procura los bienes indispensables para su existencia, en otras palabras se
deben someter, oprimir y aceptar la esclavitud los
inferiores, hacer violencia y doblegar la voluntad de los más vulnerables, los
no-griegos.
Esta esclavitud, servidumbre y
machismo es natural para Aristóteles, además es conveniente para los más
débiles someterse a quien es superior a ellos, Chingar para Aristóteles no es
una invención humana es una ley natural. Cuando se habla de ética aristotélica
se habla de felicidad que debe ser procurada por la virtud: la contemplación y para conseguir esta felicidad
es necesaria la riqueza perpetua para obtenerla, es decir, los esclavos no
pueden ser felices, ellos deben procurar la constante riqueza y comodidad del
amo para que sea feliz, en efecto, la felicidad es particular, los otros están
fuera de mi felicidad y por lo tanto lejos de obtenerla, ellos existen para que
Yo sea feliz, los otros-esclavos interrumpen la felicidad particular y deben
procurar la del amo, es en estas categorías aristotélicas que pone las bases de
la natural ley del racional y buen chingar-individualista.
La capacidad repulsiva,
cautelosa, agresiva y violenta del hombre contra los más débiles es
majestosamente expresada también por Thomas Hobbes, este filósofo cae en la cuenta de que la
naturaleza humana es perversa, no puede –según él- existir el altruismo natural
en el hombre, sólo rapacidad innata, esta es la inicial posición de guerra
contra todos, el hombre es movido por el deseo y temor, deseo de poseer y temor
hacia los otros que tienen la capacidad de quitar, robar, de matar, la guerra
es una condición necesaria en el hombre, de tal manera que todos desconfían de
todos, y debe haber algo que lo regule, que imparta justicia, la creación de un
ser más poderoso que el hombre para que este imparta la paz, el Estado (leviatán), la creación del
Estado no es otra cosa que el constante temor hacia los otros, en vez de
temerle a todos es mejor temerle a uno solo, la ambición gobierna a la razón,
esta ultima es incapaz de guiarlo, la ambición es capaz de sacar a relucir sus
más bajos instintos asesinos, en otras palabras, el apetito natural del hombre
lo empuja hacia un irracional afán de dominio sobre los otros y honor, el ser
reconocido por los demás, hacia una incesante superación de los otros, esta
llamado a estar por encima de los otros a base de violencia, de guerra. La
guerra entre los hombres es algo inevitable, todos quieren ser superiores que
otros, esto según Hobbes, es la felicidad humana, la
superación del prójimo.
Orgullo, ambición y vanidad son
la fuerza motriz del hombre, es la razón de todos sus actos, en palabras de
nuestro autor: El hombre trata primero de alcanzar la excelencia mediante el
ejercicio de su propia imaginación; luego haciéndose estimar o temer por los
demás. El hombre es un lobo para el hombre, los intereses de los hombres son
comunes por eso existe una eterna guerra, cuando dos hombres desean la misma cosa que no pueden gozar
juntos se convierten en enemigos. Para
Hobbes chingar se vuelve una inevitable situación humana. El hombre tiene
miedo del hombre, por eso crean a este monstro bíblico Leviatán, es creado por
el hombre y se hace una lectura del hombre, analiza
las leyes de un Estado y te darás cuenta de cuantas cosas tiene miedo el hombre,
que haga el mismo hombre, los hombres son fieras para los hombres, nadie
esta seguro ni el más fuerte, porque tiene que dormir, y el enemigo débil puede
matarle en sueños, y el débil tiene la capacidad de matar, inseguridad e
incertidumbre gobiernan la relaciones humanas, el hombre prefiere renunciar a
su violencia contra los demás y someterse a un gobierno, a un gobernador, es
mejor –según Hobbes- temerle a uno que a todos. Chingar a los hombres es
condición necesaria para mantener la paz.
La Discordia entre los hombres es por
tres deseos natos: competencia, desconfianza y gloria. La primera porque los
hombres compiten entre si, miden sus fuerzas, se atacan para lograr un
beneficio, y demostrar su poderío, la segunda para lograr lo que el hombre
siempre ha querido ”seguridad” y la tercera para ser reconocido. La violencia
es necesaria para convertirse en dueño de las personas: esclavos, mujeres,
niños, ganado, tierras, riquezas, la desconfianza surge para defender lo que es
suyo, para tener sus posesiones seguras lejos de los hurtos, y la gloria es
para que su poder, sea reconocido por los hombres de su comunidad, un apellido,
una opinión, una característica propia. La guerra es una lucha de voluntades, y
la paz sólo significa que no hay nadie que este peleando por el poder, la
eventualidad de la voluntad en la guerra es símbolo de ver quien pude más, y
así lograr la seguridad. Todos contra
todos, la única seguridad es la fuerza propia y la razón suficiente para
proporcionársela, ante tal circunstancia no se puede crear nada, no existe nada
más que el continuo temor de morir violentamente a manos de otro hombre; la
vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve, la vida del
hombre se hizo con una constante amenaza de ser chingado por otro.
Este legado racional desembarca en los
galeones europeos al nuevo mundo, legado violento y cruel que tenía que
llevarse a efecto en la conquista de la nueva tierra, ya con lo anteriormente
mencionado, la mentalidad occidental estaba repleta de malas intenciones y
pesimistas concepciones antropológicas, los ideales del europeo eran la máxima
riqueza posible en la menor cantidad de tiempo, la tierra que descubrieron era
hermosa llena de riquezas tan grandes como exóticas, pero la tierra no estaba
sola, tenía dueños, tenía habitantes, el descubrimiento no solo de tierra sino
de humanos causo gran conflicto para el conquistador, necesitaban una
justificación del aniquilamiento, el hurto y la apropiación de las nuevas
tierras, la justificación fue muy sencilla “la evangelización de las indias”,
por derecho y bienestar de los nuevos aborígenes era necesario domesticar y
explotar a los indios, la capacidad rapaz de evangelizar por medio de la
violencia fue lo primero que conoció el indígena mexicano, brutalidad infame
que impacto a un Fraile llamado: Bartolomé de las Casas, en su manuscrito de
“Apología” narra la violencia y barbarie cruda por la cual el español somete a
los indios, y aun así es capaz de hablarle de un Dios de Amor, esto lleva a -De
las Casas- a confrontar el evangelio con la filosofía aristotélico-tomista, lo
que dice Aristóteles de la ley natural que somete a los barbaros a los pies de
los “sabios” y la “caridad” empleada en el evangelio. La verdad del evangelio
es insostenible para los conquistadores españoles, pues no podían someter a los
indios con amor, tenían que someter a la fuerza, desmembrando su voluntad, la
violencia es insostenible desde el evangelio y a lo cual acusa a los españoles
de ser incluso más salvajes, crueles e irracionales que de aquellos que ellos
llaman barbaros, es más justifica la defensa de los indios: “todo
pueblo, por muy bárbaro que sea, puede defenderse de los ataques de otro pueblo
más civilizado que pretenda subyugarlo o privarle de su libertad; es más,
lícitamente puede castigar con la muerte a tales personas más civilizadas como salvajes
y crueles agresores contra la ley natural. Tal guerra es más justa que aquella
que, bajo pretexto de superior cultura, se le hace”, Esta defensa causa gran controversia en los conquistadores que
querían violentar y subyugar, fundamenta la conquista no desde el evangelio
sino desde la filosofía, las intenciones de los españoles no era construir una
nueva civilización sino la plena satisfacción de sus interés mezquinos y
avaros, en efecto la filosofía de tipo esclavista como lo es la aristotélica
era fundamental.
Se crean provisionalmente “las leyes de burgos”[1] sin embargo, chingar era
imprescindible, es así, como se empieza a justificar la conquista con Aristóteles
y Santo Tomas de Aquino: "Siendo por naturaleza siervos los
hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de
los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; dominación que les
traería grandísimas utilidades, siendo además cosa justa, por derecho natural,
que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón,
los brutos al hombre, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a
lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien universal de todas las cosas. Este
es el orden natural que la ley divina y eterna manda observar siempre. Y tal
doctrina la han confirmado no solamente con la autoridad de Aristóteles, a
quien todos los filósofos y teólogos más excelentes veneran como maestro de la
justicia y de las demás virtudes morales y como sagacísimo intérprete de la
naturaleza y de las leyes naturales, sino también con las palabras de Santo
Tomás...” Chingar se vuelve de lo más racional con las máximas autoridades
filosóficas. Chingar en México no fue una invención propia, fue impuesta,
pedagógicamente tatuada en los cuerpos de todos los nacidos en esta tierra. Se
enseñó a someterse al más fuerte y perfecto que –según- son los europeos, a todo esto escribe
Sepulveda: “La determinación de lo humano no es otra cosa que la determinación
del hombre occidental, erigido paradigma absoluto de humanidad. Desde tal
perspectiva, la evangelización será necesariamente una empresa violenta que
requerirá, como condición previa, la destrucción de la identidad del otro”.
Esta es la verdadera herencia legada por Europa, destrucción de la voluntad y
sometimiento a la fuerza racionalmente sustentada, lo que comúnmente llamamos,
gritamos, vivimos, sufrimos y experimentamos: Chingar.
3.
Se podía
obligar a los indios a trabajar con tal de que el trabajo fuese
tolerable y el salario justo, aunque se podía pagar en especie y no en dinero.
4.
Se
justifica la guerra de conquista si los indios se negaban a ser
cristianizados o evangelizados para lo que se creó la institución del Requerimiento.
no existira paz hasta que la humanidad acepte que la fuerza no hace un pueblo a un pais un mundo, lo que hace al mundo siempre a estado aqui, sin embargo los siglos, la religion, el racismo, la guerra se remonta hacia muchos miles de años y es nuestro deber como humanos, como personas pensantes hacer que el futuro de este mundo sea otro dia en el que no haya ese remordimiento de lo que pudimos hacer y no lo que hicimos.
ResponderEliminarSin embargo hasta que se den cuenta de las atrocidades que cometemos cada dia y aceptemos nuestros errores el mundo seguira envenenado y ahogado en este karma pecaminoso y solo nos queda esperar el mañana en el que el mundo sera libre de esta oscuridad. Solo dos cosas son infinitas el universo y la estupidez humana y no estoy seguro sobre el universo— Albert Einstein