sábado, 14 de marzo de 2015

El arte de chingar: bienvenido al mundo mexicano

El Arte de Chingar


Prefacio


La luz es lo que el hombre quiere ver, entre tantas tinieblas un pequeño rayo luz sobra y basta para mantener vivo al hombre, la luz como símbolo de verdad y esperanza. La filosofía intenta dar luz, una idea, el ideal, es decir, intenta anunciar lo que debería de ser, la realidad no puede ser como quisiéramos que sea, pero la idea nos guía a buscar lo que debería de ser, aunque el camino este lleno de muchas luchas, derrotas y caídas, la idea prevalece, es el modelo que se busca seguir y el motor de esperanza que buscamos tener, este escrito no busca ser una crítica pesimista de la cultura mexicana, al contrario busca demostrar sus inconsistencias para poder superarlas, cambiarlas, mejorarlas, transformarlas, en otras palabras, hacer de este mundo un poco mejor de lo que se tiene.
Los modelos que se proponen y las ideologías que se introducen van deteriorando la cultura y muestra una desgarradora idiosincrasia, hacen que el mundo se vuelva vicioso, que adore e idolatre aquellos personajes que a base de mentiras, engaños, mañas y astucia sean el modelo a seguir, dejando a un lado el trabajo, el esfuerzo, la constancia y la educación como valores y que sean algo absurdo, antiguo y pasado de moda, en efecto, en un mundo de virtuosos el vicioso es el perdedor, en un mundo de viciosos el virtuoso es el malo, parece que el segundo es el que más se manifiesta en nuestra cultura., el cambio empieza por uno mismo, buscando ser fiel en un mundo de infieles, buscando ser honrado en un mundo de ladrones, buscando la verdad en un mundo que ama la mentira, buscando ser bueno en un mundo que se esmera por ser malo. Este escrito es una crítica fuerte en algunos aspectos que algunos los escandalizará, a otros los espantará, otros sólo lo pensarán y sólo unos cuantos lo entenderán, esta crítica se presta al diálogo, al debate, a intercambiar ideas, nunca he hecho algo con el afán de molestar, incomodar o fastidiar simplemente lo he hecho para ayudar, para mejorar, para heredar una mejor vida a los que vienen detrás de nosotros, sin tantos vicios, sin tanta mentira, sin tanta inmundicia.
A llegado un punto en que el mundo en el que se vive sofoca y cansa de tanto fastidiarse la vida unos contra otros, en chismes, injurias, difamaciones, malos tratos, indiferencia, etc., lo único que nos hace humanos no es la razón sino la relación, es decir, en la medida que reconozcamos nuestra humanidad que está dispuesta a la servicialidad, es decir, aquellas cosas que no se compran, que no tienen precio, que van más allá de la materialidad, las cosas que trascienden y por trascender son hermosas y deseables, en otras palabras, este escrito va dirigido aquellos que buscan o que están perfeccionando la buena conciencia, esa conciencia que se forja y perfecciona gracias a buscar la verdad y experimentar la maldad, como el oro que se acrisola también el corazón humano se purifica, corazones valientes y fuertes, corazones heroicos que descubren en su humanidad su humildad, corazones templados que están dispuestos a Sacrificar su felicidad por la de alguien más, y que en ese sacrificio, amor, respeto y fe descubren la más alta de las felicidades.
El arte de chingar es el primer paso para cambiar, paso difícil y doloroso, pues duele ver nuestra realidad y duele más enfrentarla, pero se sufriría más si se quedara igual. La crítica jamás es buena si no es constructiva, de nada serviría cambiar los poderes si primero no se cambia el corazón humano y sus deseos, se puede cambiar de dirigentes pero si estos también están contaminados, lo único que cambia es el nombre del dirigente, en efecto, puede haber revoluciones crueles y sangrientas que cambian dictaduras por democracia, pero la revolución más cruel y violenta es la que se hace en los corazones humanos, cambiando de hábitos, de deseos, de intenciones, de ideales, de valores, de IDEAS, se debe desear algo más que poder, dinero, reconocimiento y felicidad. El descubrimiento del otro descubre mi humanidad en la sensibilidad y vulnerabilidad que estalla en mi racionalidad, la búsqueda de la buena conciencia jamás será una realidad si no aprendemos de nuestra responsabilidad, no se puede ayudar a todo el mundo pero si a los que tienes más cerca, a los más próximos a ti, a tu familia, a tus hijos, a tus colegas, a tus compañeros, a tus amigos, a tus alumnos, a tu gente, a tus medios naturales, a tus mascotas, en fin a todo lo más próximo a ti. Chingar siempre fue lo más fácil porque había que violentar, ayudar siempre fue lo más difícil porque implicaba amar. De esta manera invito al querido lector adentrarse en mis más apreciables o desleales pensamientos, intentado hacer pensar y tal vez despertar. 

“El mexicano vive para chingar”

…Nosotros nacimos de la noche, en ella vivimos, moriremos en ella, pero la luz será mañana para lo más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para todos la luz, para todos todo….
Subcomandante Marcos.

En el mundo existen más cosas buenas que malas,
pero las malas son más adictivas, pues es más rápido el mal que nosotros mismos.
Introducción:
                       La vida se nos va en chingar, tantas anfibologías aunadas a esta palabra, tan común y usada frecuentemente en el vocabulario de nuestra gente, pero qué cruda y violenta es en la práctica de la vida mexicana, palabra descarnada, maquiavélica e insensible cuando todo mexicano la sufre, el ser chingado, ya sea por el gobierno, por el patrón, por la familia, por el esposo (a), los padres, el maestro, la policía, el novio o la novia, el comerciante, el colega laboral, el trabajo, el vecino, la nuera, el yerno, la suegra o el suegro, etc., palabra que se adhiere a nuestro vocabulario con el sin sabor, con amargura, con tristeza, con el sufrimiento, con la impotencia de vernos sumergidos en un mundo hecho para defenderse y ofenderse ante los otros mexicanos. La palabra chingar en México representa lo mismo que el aristotelismo con respecto a la esclavitud, el maquiavelismo con respecto al poder, el Leviatán de Hobbes con respeto al Estado, la aniquilación de los valores nietzscheana, el ser-para sí de Sartre, es la manifestación humana racional de ver la vida ante los demás.
                  La idea surgió con la enfermedad de mi hija de 2 años de edad, normalmente en México si es que se está asegurado se le asigna una clínica del seguro social, y es en esa clínica que uno experimenta el tormento de esperar ser atendido, ahí entendí dos cosas: 1) el derechohabiente asiste a la clínica principalmente porque no tiene dinero para pagar un doctor particular ni los medicamentos, de esta manera chinga al gobierno y 2) los médicos que atienden en estas clínicas su trabajo es permanente hasta pensionarse, en efecto, lo que hagan bien o hagan mal ya no los pueden correr, esta seguridad les hace pensar y actuar de este modo: “que se chinguen todos, yo ya asegure mi trabajo”. Es esta circunstancia la que se encuentra en una clínica del seguro social. Normalmente para pasar a una consulta de urgencia tardan de dos a cinco horas, atrapado en la sala de espera con mi hija quejándose de su malestar, veía que paseaban los médicos de un lado a otro, viendo a mi hija con indiferencia ante su llanto, nadie, ni un médico se detuvo a preguntar o valorar el grado de la enfermedad hasta que se le diera el turno pertinente, en esa estancia no era mi hija la única, había varios niños enfermos, los llantos, quejidos, sollozos y lamentos invadían la sala de espera, dos señoras quejándose del mal servicio, un mujer llorando del dolor, una anciana mirando a la recepcionista con impaciencia y una recepcionista indiferente y fría al vernos a todos en esa sala de espera, la situación era crítica, sin embargo todos debíamos esperar nuestro turno, mi llegada a esa clínica fue a las 4 de la tarde y atendieron a mi hija a la 9 de la noche, con cierta molestia veía y explicaba al médico la situación de la enfermedad, mi hija ya cansada y harta de estar ahí quería irse a su casa, después de esa espantosa espera, estaba lloviendo (parece que ese día no fue mi día, solo faltaba pisara popo de perro) cargando a mi hija caminando hasta tomar el autobús que nos dejara en la casa, intentaba atajarme de la lluvia por la marquesina de las casas, pero las personas al verme cargando a mi hija preferían atajarse ellas y dejarnos fuera de la marquesina hasta mojarnos, este contexto me dio la idea ¿Por qué somos así? ¿Qué es lo que nos impulsa a actuar de esa manera? ¿Cómo es que podemos aprender a vivir así? Esto basto para indagar seria y profundamente en nuestro entorno cultural, social, educativo, psicológico y político para dar respuesta a estas preguntas.
La idea del que el mexicano vive para chingar surge desde un tiempo arcano inherente a la raíz de todos los males de nuestra sociedad, males que hacen pensar que quien vive en México aprende a cuidarse de los mexicanos, pero ¿En dónde radica el mal del mexicano? ¿De su educación? ¿De su historia? ¿De su psicología? Y ¿Por qué la palabra chingar manifiesta la clara visión que tiene del mundo el mexicano? La holgazanería, flojera, el ser comodino, mediocre, abusivo, la grilla, el robo, el machismo, cinismo, la infidelidad, hipocresía, crueldad, mentalidad predadora de los más débiles abundan en nuestra sociedad, todo esto debe tener una causa, un principio, una razón de ser, que al parecer pasa desapercibido, tan común y cotidiana que ya no es mal, es una cualidad esencial de nuestra cultura a la cual debemos adaptarnos, vivir con ella, coquetear, rozar, dialogar, abrazar y besar cuando nos conviene y repudiarla cuando nos afecta. Parece ser que ya nadie cuestiona esto, ya se ha resignado a vivir así, a ser chingado y a chingar, a ¿Quién? A quien se deje. Es increíble como se acostumbra a la palabra chingar, a decir expresiones como: está bien chingado, cuando alguien carece, padece pobreza, miseria o se le ve con lastima o cínicamente se le ve con burla. Cuando se va a trabajar, se dice: hay que chingarle o voy a la chinga, al patrón hay que estafarlo, o hacerle creer que se trabaja, de ahí la famosa frase popular “hago como que trabajo y tú haces como que me pagas”, la segunda es más directa “la chinga” significa ir a sufrir, padecer en el trabajo, el maltrato, el desprecio, la grilla, a ganarse por medio de soportar ese trato el pan y sustento de cada día (No me quiero adelantar a explicar algunas de estas significaciones, pero son algún ejemplo de lo que voy ir explicando). Esta palabra no solo afecta a nivel lingüístico sino a nivel social, moral, ético, (¡y que decir a nivel político!) en la práctica diaria mexicana se vive y sufre esta noción, de esta manera surge la idea de analizar, denunciar el abuso de esta categoría como práctica de vida y anunciar una solución, una vía, una esperanza.
La esclavitud más cruel no es la que se propicia por armas, violencia o amenazas sino la que se propicia en la mente, esclavizado mentalmente es casi como morir, como estar sin salida, atrapado en un sin sentido, en un absurdo homicida que susurra de la manera más dulce y hermosa que el suicidio es la solución, y los que se aferran a la vida como aquel que da patadas de ahogado, lo único que piensa es sobrevivir, y sobrevivir como una categoría infame que acepta la vida en la más cruda de las condiciones, una infravida, es por eso que lo único que nos salva de ser unas bestias asesinándonos unos a otros es la razón, más allá del fanatismo, moralismo, nacionalismo, una opción de vida racional, siempre se puede elegir, es por eso que las armas más peligrosas no son las bombas nucleares o los tanques de guerra, sino la pluma y el papel, enseñar a pensar, pero sobre todo a preguntar, a tener curiosidad sin morbo por querer cambiar, y cuando estemos como queramos poder mejorar, atrapados en el buen sentido de la palabra en una dialéctica de perfeccionamiento. Es muy común en México escuchar decir que la educación es un arma ¿un arma para qué? ¿Para defenderte de quién? Parece ser que de todos, todos los que me rodean son enemigos y la educación es el medio para defenderte de ellos, para no ser chingado y poder chingar, en efecto, voy a intentar vislumbrar desde donde se deslinda este pensamiento cultural mexicano.




¿Qué es Chingar?
Al finalizar de investigar esto descubrí que en el cielo de México,
No hay dios, y que en su infierno no hay demonios,
Está repleto de santos.
Todos los mexicanos desde nuestras primeras palabras casi viene inmerso este vocablo chingar, palabra violenta que desgarra nuestros buenos modales y corroe las buenas costumbres, los niños la expresan con picardía y euforia, y los adultos con ira y odio, palabra siempre prohibida pero que saca a relucir los verdaderos sentimientos. Todos la pronuncian más no todos saben lo que significa, los más pobres y rezagados académicamente la conocen en la vida más nunca la reflexionan, y los que la reflexionan se dan cuenta de tanto mal y la excluyen de su vocabulario, aunque siempre y en ciertos momentos la llegan a decir esbozando perfectamente sus sentimientos, tal parece que en varios sitios de américa latina se ocupa, pero eso en este momento no me compete, de lo que me compete es explicar esta palabra y su sentido en México, si bien es cierto la mentalidad popular mexicana es sometida, enclaustrada, cerrada, frustrada, violenta, agresiva consigo misma, domesticada, traumada por un sentimiento de inferioridad, siempre admirada por lo que hacen los demás (malinchismo), fácil de convencer, viciosa, poco critica, pasiva, temerosa, alienada, la cultura y la pedagogía oculta en México ha dicho que no podemos crear, innovar, formar, que se nació para trabajar, para ser mandados, sometidos, para no ser productivos, para que elijan por nosotros y son muy pocos los que no escuchan esta voz y se atreven a arriesgar, a cambiar, a romper cadenas, ante todo esto, algunos filósofos y pensadores mexicanos ya habían detectado este malestar social y cultural, el primero en sacar a relucir un poco de estos traumas nacionales fue Samuel Ramos en su libro “Psicoanálisis del mexicano” que dio a relucir bastantes traumas heredados de malas administraciones políticas, dictaduras, conquistas, violaciones, a lo cual el mexicano se quedó estupefacto, tembloroso y temeroso ante el poderoso conquistador, y opto por resignarse y someterse, viendo a los conquistadores como todopoderosos, superiores en rasgos físicos como mentales, con ideas, innovaciones, con poder, casi como semidioses, a lo cual el antiguo mexicano eligió someterse, anhelar ser como el patrón, y despreciarse como raza inferior, desarrollándose síntomas anárquicos hacia el mismo, creando mecanismos de defensa como el machismo y la parodia sarcástica de sí mismo (El mexicano ve su pobreza, miseria, ignorancia con picardía, con gracia, no se angustia en sentirse mal, prefiere verse con humor), la historia del chingar viene marcada con agresividad, violencia tal que asustaba y escarmentaba al más estoico pensador occidental, pensamientos tales que plasmo muy bien Octavio paz en su libro “Laberinto de la soledad”, el antiguo mexicano estaba acostumbrado a hacer y a recibir las cosas por esfuerzo, por honor, hasta incluso al morir tenía que hacerse merecedor de llegar a Mictlán-Ometeotl, el lugar de descanso de los muertos, por una larga travesía tenía que eludir descarnados obstáculos para llegar a descansar en paz, el conquistador tomo por la fuerza sin mérito alguno, robo, violo, mutilo y menoscabo cuanto ambicionó, es lo que designaría en una primera perspectiva histórica “chingo” a los antiguos pobladores de américa, esta historia, aunque los libros de texto de primaria y secundaria nos la pinte de decorosa y buena, no necesitamos leerla, la llevamos puesta todos los días, como un tatuaje de los reos judíos de Auschwitz, herida que hasta la fecha parece ser que ha cicatrizado ficticiamente, pero en el fondo no se ha encontrado la cura para tal llaga, en este contexto se puede decir que es un pueblo acostumbrado a ser conquistado, a ser dictaminado, gobernado, dócil a la palabra del conquistador, con la mirada abajo, menospreciado, recriminado psicológicamente a sentirse nada comparado con otros, feo, traumado. Todo esto favoreció históricamente a tener un pueblo domesticado, a ser violentado sin oponer resistencia, a tener una mentalidad de sometimiento, que siempre se le ha dicho que no es nada, se doblega ante un patrón, ante el Señor, ante el dueño, sometido hasta en su forma de hablar y vivir, aceptando las miserias que se le dé, pues, incluso piensa que no es merecedor de nada, moral de esclavo es la que se tiene, acostumbrado a ser mandado, ordenado, a no tomar decisiones por el mismo, por el temor a errar, el Patrón tiene la razón, esto provoca una bipolaridad en un sentido de hipocresía, ante el patrón se muestra dócil y obediente, y ante sus semejantes envidia y recelo, temor de que el otro pueda caer en la gracia del Patrón, sus relaciones con sus semejantes se muestran cautelosas “tierra de hipocresía” pues, las injurias, difamaciones y chismes son potencialidades de ser despedido del trabajo, en el fondo surge una necesidad de caer en la gracia del patrón, para sentirse querido, apreciado, estimado, reconocido por aquel que tiene el poder, la riqueza, la capacidad de someter y aniquilar, el querer sentirse protegido, como el padre que cuida del hijo (en este caso sería el perro, pero al fin y al cabo “protegido”). Moral de esclavo siempre frustrado, siempre ávido para lambisconear aprecio del Amo, esto desglosa una actitud anárquica con sus semejantes, pues es con ellos que se atreve a ser como realmente es, ya sea agresivo, ya sea alegre, ya sea que se desquite con sus semejantes todo lo que le hacen sufrir o ya sea que demuestre toda su capacidad de amar que le hacen suprimir. Todo esto divide el país en dos sectores sociales: esclavos y amos, las masas mexicanas están acostumbradas a ser dóciles al amo, a someterse, a no cuestionar, a obedecer, no saben lo que es ser libre, es más, le tienen miedo a la libertad. Esta historia arremete en contra del mexicano todo su dolor, le recuerda quién es y cómo es, de dónde ha salido y hacia dónde va, pocas mentes mexicanas se resisten a esta historia, pocos son aquellos mexicanos que luchan contra estas arbitrariedades.
La palabra chingar en el esbozo de Octavio Paz se deriva de la historia violentada de Doña Marina alias “La Malinche” una mujer tomada por Hernán Cortes como su lengua (traductora) o por qué no decirlo descarnadamente: su prostituta privada cada vez que tenía ganas de quitarse la calentura, una mujer usada, manipulada, amenazada, despojada de su dignidad, humillada, violada, engañada, sufrida, ultrajada, traicionada, atormentada (aunque muchos historiadores de la Malinche la defiendan era la prostituta de Cortes),  está mujer en la historia forma parte de una primera traición a la raza, es como algunos la explicaban, “la Eva mexicana”, símbolo del desprecio de su gente, del odio, repulsión y asco de sus semejantes, símbolo de la fascinación por los extranjeros y repugnancia de los suyos, símbolo de la traición, de ahí que malinchismo, sea como la etimología lo desglosa: Todo lo que rodea a Malinche, todos esos calificativos grotescos y despectivos en los que la historia la escribió. Se puede decir en una segunda noción que la Malinche se la <<chingaron>> y al mismo tiempo<<chingo>> a su pueblo.
Todo esto nos demuestra el gran bagaje simbólico de esta palabra, que cuando se transforma en verbo, es el verbo más agresivo que se puede conocer en nuestro léxico, con sus diferentes anfibologías, verbo que desde la tradición bíblica diríamos que es el verbo del demonio, diríamos que la palabra chingar es homicida desde un principio, maligno, cruel, asesino, que hace del mundo mexicano una selva, no hay compasión en este verbo ni piedad, la vida para el mexicano es una oportunidad de chingar o de ser chingado, una oportunidad de humillar o de ser humillado, de hacer fracasar a otro o que te hagan fracasar, de violentar o de ser violentado, no hay valores que rijan a este verbo, siempre interesado en su beneficio sin importar como se haga para lograr comodidad, entonces chingar es: hacer violencia con el otro, penetrar en su persona por la fuerza sin su consentimiento, es traspasar al otro brutalmente y descarnadamente para doblegarlo, someterlo, forzarlo, humillarlo, matarlo, enseñarle quien manda al otro para alcanzar un fin, es el olvido y al mismo tiempo destrucción de todos los valores, aquí no cabe el humanismo, ni la dignidad y mucho menos el amor, es el odio repulsivo y total hacia el otro para herirlo, asesinarlo pero a diferencia del homicida, éste mata con un fin: lograr la comodidad, el poder, superioridad, incluso la felicidad. Esta definición nos traerá el sentimiento de cada conjugación en cada tiempo de este verbo, chingar se ha vuelto una costumbre, una cultura que da sus perversos frutos, <<chingarnos unos a otros como otros nos ha chingado>>.
Este sentimiento tiene una raíz psicológicamente demostrable y racional, es un mecanismo de defensa, así como la violencia es el último recurso del incompetente[1], de esa misma manera chingar es el último recurso del acomplejado de inferioridad, este complejo hace que se quiera destacar a costa de lo que sea, se destaque en el deporte, en un trabajo, en un juego, etc., es la competencia de ver quién es el más “chingón”, y competencia no por mejorar o sobresalir, sino en el mal sentido de la palabra competencia por demostrar quién es el que sabe chingar más y mejor, y esto nuestra cultura lo respeta, lo admira, lo anhela, lo desea, tiene mérito, aquel que sabe conseguir lo que quiere no importando los medios para obtenerlo, desde seducir a una mujer hasta tramitar una ilegalidad, no importa lo que se haga siempre y cuando se logre el fin, engañar, robar, utilizar, prometer, estafar, sobornar, lambisconear, hacer una amistad, es la vida de lo que comúnmente  se llama “chingón” esta derivación del verbo homicida designa aquel: que es bueno violentando a los otros, es una persona con mañas, tretas, habilidades, destrezas, astucias, malicias, atropellos para vivir a costa de los demás, el mundo del mexicano se va en chingar, este malestar de inferioridad que se encarna en un chingón que es la representación menoscaba del machismo: “sentimiento amargo de alegría, dulce estupor de cruel felicidad, amarga sensación de ser alguien en esta vida, satisfacción irónica dolorosa de humillar a sus semejantes vulnerables, desde la mujer golpeada, humillada, usada y violada hasta los hijos abandonados, golpeados, traumados por un padre alcohólico, drogadicto, adultero, violento, agresivo, infiel. Un Chingón en nuestra concepción machista es aquella persona que es buena haciendo lo malo: golpeando, alcoholizándose, robando, timando, estafando, engañando, adulterando, es aquel que somete por la violencia a la esposa, tanto que ésta le permita tener amantes e incluso hijos fuera de la unión conyugal, y aun así la esposa lo perdone y lo ame, eso es la manifestación cruda y real de un chingón en México. Surge de esta manera la contraparte de un chingón es un pendejo, es la manifestación de aquel que no es ávido para salirse con la suya, estúpido para hacer el mal, no sabe mentir, embaucar, convencer, robar, ser infiel, es aquel que paga las consecuencias de ser incompetente chingando, es la victima del chingón.
Machismo más allá de un sentimiento de hombría, es la manifestación de debilidad encubierta, es el odio encolerizado de ver el triunfo y éxito de los demás, disfrazándolo de indiferencia y engriéndose de ser muy hombre, es el recelo envidioso de ver ganar a los demás, encubriendo esa envidia en hombría, “No somos buenos en ciencia, tecnología, arte, deportes, pero somos muy hombres, muy machos”[2] .El mundo mexicano está hecho por hombres, la mujer en el mundo mexicano (así como Aristóteles) esta consideraba semejante a un animal doméstico, muy bien lo esboza Sor Juana Inés de la Cruz cuando escribe:
Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;

si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Queréis, con presunción necia,
hallar a la que buscáis
para prentendida, Thais,
y en la posesión, Lucrecia.

¿Qué humor puede ser más raro
que el que, falto de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?

Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.

Opinión, ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana.

Siempre tan necios andáis
que, con desigual nivel,
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.

¿Pues como ha de estar templada
la que vuestro amor pretende?,
¿si la que es ingrata ofende,
y la que es fácil enfada?

Mas, entre el enfado y la pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos en hora buena.

Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.

¿Cuál mayor culpa ha tenido
en una pasión errada:
la que cae de rogada,
o el que ruega de caído?

¿O cuál es de más culpar,
aunque cualquiera mal haga;
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?

¿Pues, para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las hacéis
o hacedlas cual las buscáis.

Dejad de solicitar,
y después, con más razón,
acusaréis la afición
de la que os fuere a rogar.

Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
El machismo tiene como objeto de violencia a la mujer, a la hembra, a la débil, vulnerable, pasiva, potencialidad de recibir mal, humillada, vejada, la mujer en el machismo es objeto de manipulación, de uso, de utilización, de satisfacción, de servidumbre, siempre vulnerable, objeto de seducción, de lujuria, de placer, cosificación real de uso y desuso, siempre reprimida, doblegada, el principal objeto para chingar es la mujer, el chingón pone sus ojos concretamente en la mujer, mujer símbolo de la chingada, símbolo de padecer el mal y portar el mal, símbolo de potencialidad perenne de sufrimiento, la mujer entra en este infernal verbo cuando es humillada por el varón, por un macho, de ahí que la seducción en nuestro país no sea símbolo de romanticismo, más bien símbolo de engaño, de violación, de atropello, chingar a una mujer significa haber abusado de ella, haberse burlado de ella, poseerla al grado de casi violarla, haber mentido, prometido con la única finalidad de gozar de su cuerpo, disfrutar de sus placeres y sus caricias, irrumpir en su cuerpo sin amarla, penetrarla sin desearla, esto refleja amargo enorgullecimiento del hombre, cruel satisfacción y una risa sátira y cínica llena de grotesca felicidad, vanagloria cruel de haber amancillado a una mujer. Chingada se refiere directamente a esa pasividad y potencialidad de padecer, burlada por la fuerza, sufrir violaciones en su persona, de esta manera se estructura la idea de debilidad, la mujer porta el fruto de una intromisión voluntariosa y depredadora, en una sujeción involuntaria a un engendro que el varón (macho) nunca deseo, un hijo de la chingada es un hijo de una violación, de una seducción mezquina y maligna que se gozaba en hacer sufrir y engañar a la chingada. Una mujer en México aunque se enamore y voluntariamente se entregue a un varón, este se la chinga. Irónica circunstancia romántica que disfraza la intención del amor, la mujer siempre está a la espera, aguardando cautelosamente, es la recibe, la que toma, la que padece, la que aunque no lo quiera va a ser chingada. La mujer es tan menospreciada que el vocabulario así lo demuestra, la madre es lo golpeado, lo vulnerable, lo violentado, cuando se expresa: ¡esta de la madre! Horrible, asqueroso, mal hecho, o cuando alguien quiere amenazar con golpearlo se expresa: ¡te voy a dar en tu madre! (o en toda tu madre), cuando alguien ofende se expresa airosamente: ¡tu madre! cuando alguien esta hastiado de ser molestado, fastidiado de ser irrumpido se expresa brutalmente: ¡Chinga a tu madre! A veces da la impresión de que la mujer en la cosmovisión mexicana no vale nada.
El machismo en el mexicano es poder, autoridad, omnipotencia ante los demás, todos deben reconocer su hombría a base de fuerza, de violencia absurda y sin sentido, desde golpear a una mujer, a sus hijos, incluso matar a quien lo ofenda, estas aptitudes son muy comunes en el pueblo mexicano, la plebe, el vulgo mexicano, alcohol, cantinas, bares, prostitutas, drogas, violencia intrafamiliar, infidelidad, adulterios, madres solteras, cosas que abundan en este estrato social, ¿Quién es el más macho? ¿Quién es el más hombre? Es el que toma más alcohol sin emborracharse, el que se mete con más mujeres, el que es un desobligado y se gasta todo en los bares, el que tiene hijos con distintas mujeres, el que sabe pelear y es más golpeador, este macho mexicano anda por la vida hiriendo, violando, humillando, golpeando, alienado en su bravura esboza una risa demoniaca, irresponsable y desobligado ante sus hijos y su amantes, perdido en su poder ficticio se vuelve estúpido y no responde ni por su familia y mucho menos por la sociedad, aportando más a la miseria, pobreza, odio y al rencor, que a su sociedad y cultura, retorcida mascara de falso poder y prestigio ante una sociedad que lo aborrece, el falso poder de sentirse rey siendo un pordiosero.
Esta alienación del machismo y chingar a sus semejantes (el pueblo chinga al pueblo, el pueblo matando al pueblo) deja un siniestro sabor, un panorama lleno de dudas e incertidumbres, el machismo se vuelve pues un desprecio a sí mismo y a su realidad viviendo una realidad ficticia de poder y seguridad, tal parece que el pueblo mexicano anda con un niño abandonado por sus padres buscando afecto y reconocimiento de lo que nunca pudo ser, buscando un regazo, un consuelo, un poco de sosiego, un poco de aceptación, alguien que lo acepte tal y como es, sin seguir fingiendo dureza, fuerza, grandeza a base de un dolor, una máscara que oculte sus flaquezas sin seguir engrandeciéndose ficticiamente a base del reconocimiento de los chingados, chingar a sus semejantes para querer sentirse reconocido, sentirse alguien, inmerso en un pueblo sufrido que lleva en sus cicatrices la humillación, la tortura, la denigración, la explotación, la opresión de una historia que lo obliga y empuja a alienarse en falsos sentimientos de grandeza, y que no hace otra cosa más, que lo que le han enseñado “chingar”. Sin embargo, existe un machismo positivo, aquel que busca ver la realidad cruda sin acobardarse, enfrentarla así como es, aquel que busca sacar adelante a los suyos, hombre como aquel que se niega sin quejarse por ver sobresalir a los suyos, un macho que ofrece protección a los suyos, sustento. Macho como aquel que ama a su mujer y se entrega a ella, la seduce, la complace, satisface, provee, cuida y procura, se muestra fiel y aguanta como hombre las tentaciones y tribulaciones que pongan en crisis la relación, saca adelante su matrimonio y a sus hijos, no busca el divorcio como opción, sino como ultima y radical instancia, busca poner un ejemplo de hombre-macho, anárquico al mal, busca ser ejemplo de sus hijos, no evade sus errores, no justifica sino que habla con la verdad, habla las cosas de frente y sin miedo, se muestra repulsivo de la hipocresía, demuestra su hombría no con golpes, adicto o vicioso, mujeriego, sino con el radical ejemplo de lo que es ser un HOMBRE en toda la extensión de la palabra, ayuda y busca trascender, aprecia y no olvida el sacrifico que hicieron los suyos por él, cuida la imagen y el honor de su familia y de su persona, macho como aquel que no busca atajos en la vida, camina de frente a la vida, no agachado y escondido, muestra el rostro fuerte ante las dificultades de la existencia mexicana, ve a su gente la entiende y ayuda, no la chinga, ese es el nuevo machismo que se necesita.
El mundo se compone de contrarios, bueno y malo, bonito y feo, justo e injusto, ser y no ser. El mundo mexicano se compone en dos partes: chingados y chingones (los que chingan), opresores y oprimidos, esclavos y amos, siempre la parte vulnerable es la chingada, la mermada, aplastada, esto crea una psicosis y estigmas sociales. La sociedad mexicana se rige en dos: Ricos (poder de chingar) y pobres (potencialidad de ser chingados), el rico tiene un sentimiento de poder divino, de seguridad ante sus semejantes de imposición de respeto ante los pobres, (es curioso analizar la psique mexicana, pues los ricos en México no son mexicanos, son extranjeros, y el mexicano no acepta a otro mexicano por encima de él, y le da primacía al extranjero, de tal magnitud es ésta psique, que todos los extranjeros ricos que entran al país quedan asombrados de la capacidad de servidumbre y sometimiento hacia sus personas, es por eso, que no les es muy difícil hacer riqueza en México, el mexicano gusta y está acostumbrado a servir al extranjero) es decir, el mexicano acepta ser chingado por otro que no sea un semejante a él, esta mentalidad repulsiva hacia sí mismo, hace que nunca pueda acabar de permear esta batalla con los fantasmas de la herencia histórica y social que lo ha formado y que le ha dado las armas para defenderse ante sus prójimos, su raza, su gente, su sangre, pero lo deja imposibilitado para defenderse ante el que viene de fuera. Mentalidad sometida y servicial, mentalidad de esclavo que no deja de sangrarse a sí mismo en los suyos, como si fuera una autoflagelación, es decir, una agresión violenta y destructiva hacia sí mismos, utilizada en momentos de frustración, angustia, pérdida, creando así la solución determinada  para encontrar alivio ante los problemas propios de la psique mexicana. Este conflicto interno lleva siglos con nosotros, y ya nadie se atreve a cambiarlo, pareciera que es mejor aceptarlo. La mentalidad de esclavo, mentalidad servicial es muy común en el pueblo de México, esto nulifica la capacidad de inventiva, iniciativa o innovación, cierra la posibilidad de pensar y de ser libre, con el temor a errar o a la exclusión social se deja arrastrar por la corrientes de moda, aceptando y copiando de manera defectuosa las tendencias vanguardistas, ante un pueblo servicial, esclavo y aunado a eso ¡no piensa! Queda a merced de cualquier embaucador que venga al país. Esto es mi definición, la manera más colosal de la palabra chingar.








Chingar: ¿herencia europea?
Chingar jamás fue una elección
 siempre fue una imposición.

La cultura europea como modelo universal de humanidad, es paradigma mundial de miseria e inmundicia, el precio de la cultura y la civilización siempre fue la sangre y violencia de los más vulnerables, jamás fue un modelo de humanidad.

La idea de sentirse semidioses en la cultura europea, de clavar a dios en la nada y de usurpar su pedestal, causo psicosis, sentimientos de repulsión y asco por lo que no fuera europeo, de esta manera el evangelio europeo nunca estuvo el rostro de Cristo sino las mezquinas intenciones de rendir culto al dios de este mundo: el oro.

La occidentalización y su historia, no es otra que una historia que se escribió con sangre inocente, sangre humana, violaciones, esclavitud, brutalidad, este es el precio de lo que hoy llamamos civilización. El occidente cuna de la racionalidad, de la cultura y hoy paradigma indiscutible de lo que debe ser una ciudad, pináculo de la humanidad, carece de herramientas para entenderse, interpretarse y guiarse, a lo cual Nietzsche acertó cuando escribió “Nosotros los que conocemos nos desconocemos a nosotros mismos”, ahora bien, la cuestión es ¿chingar es una esencialidad del mexicano o fue heredada? Es decir, ¿ya existía en el mundo occidental, los europeos estaban acostumbrados a ella y sólo que se puso en práctica en el nuevo mundo con saña, alevosía y ventaja? La cuestión lleva a indagar seriamente en el pensamiento ético y político de la historia occidental, en los grandes tratados de la convivencia humana, ahora bien, ¿chingar es una invención mexicana?
El coloquio maquiavélico repleto de crudeza y crueldad, revela de una manera central la idea antropológica que rige el sistema occidental. La expresión de Maquiavelo descarnada por su radical brutalidad al afirmar categorías fundamentales para la política, expresión cruda que es guiada por la crudeza de la vida misma, el hombre según Maquiavelo es  perverso, cruel, traicionero, pero sobretodo interesado. El poder símbolo de autoridad los hombres lo respetan pero una vez que se esté perdiendo poder, los hombres como aves de rapiña desmembrarán la vulnerabilidad del poderoso, de ahí sus máximas más famosas “Es más seguro ser temido que amado” y dice seguro por su inferencia de la rapacidad humana, hacer violencia en el otro es necesario para tener seguridad ante la vida. La crueldad (si podríamos llamarla así) de Maquiavelo reside en sus consejos para mantener el poder político del príncipe en palabras mexicanas ¿Cómo chingar al pueblo para mantener hegemonía? Aconseja con una malicia que podría decirse que es irreal, pero que hablando con la verdad es efectiva y viva hasta nuestros días, divide, dispersa y empobrece palabras tan actuales en nuestra política, ya que el pueblo disperso y pobre no hace daño, y es increíble lo que agrega “los hombres de las ofensas pequeñas se vengan, de las grandes no pueden” a los hombres no se les trata bien se les aplasta, de tal suerte que el otro es mi enemigo, enemista milenaria irreconciliable, a lo cual escribe “Aquel que propicia (o trabaja) por el poder de otro, labra su propia tumba”. El hombre es un instrumento que se debe saber manipular para tus fines o en su defecto aniquilar. El adiestramiento que esboza Maquiavelo raya en una realidad profética para el control de las masas, analiza cómo se puede prolongar por siglos el poder y escribe: el poder perdura más cuando se le enseña al hombre a obedecer, a que olvide su historia (para repetirla), a restringir su libertad, ya que los hombres libres son más ávidos y prestos para la rebelión y las armas, (y lo que continua diciendo es exorbitante, por eso se dice el genio brillante maquiavélico). Los hombres libres tienen memoria de libertad y esto los alienta a recuperarla, sin embargo los hombres que siempre han sido esclavos no saben qué hacer con la libertad, tienen miedo a ser libres, la exquisitez tiránica es inaudible, los consejos para saber violentar al pueblo es de una genialidad espléndidamente malvada, a la prole hay que saberla gobernar, por eso al pueblo las ofensas todas juntas y los favores poco a poco, el pueblo nunca quiere ser dominado y oprimido por los poderosos y son los poderosos los que desean dominar y oprimir al pueblo. La lucha de intereses en la política es natural, el bien no es posible, ser bueno hipócritamente sí, aprender a ser bueno disfrazando tus verdaderas intenciones, de aquí surge la máxima más popular de Maquiavelo “el fin justifica los medios” para Maquiavelo ser bueno con los hombres es imposible, la razón es la única que nos salva de ser un animal y ejercer violencia, tomar el poder debe ser sutil e inteligente, en efecto: un hombre que quiere profesar de ser bueno sólo labra su ruina entre tantos que no lo son, se debe aprender a no ser bueno (e inocente), la pedagogía maquiavélica reside en aprender todo lo posible para sacar adelante tus intereses, se debe aprender las costumbres, tradiciones, valores, historia para sacar provecho a tus finalidades, es por eso la necesidad imprescindible  del hombre para hacer leyes que lo rijan y las bestias tienen la fuerza, pero como no basta la primera la segunda es necesaria, es necesario ocultar lo que es el hombre “perverso” a esto dice: todos ven lo que pareces, pocos palpan lo que eres, de esta manera, el pueblo siempre se atiende a apariencias y a lo que acontece, y en el mundo no hay más que pueblo. Todo nos da las primeras pautas para entender las eventuales praxis humanas en nuestra occidentalización.
Aristóteles símbolo de razón, ciencia y filosofía, expositor y propulsor de las más bastas y hermosas artes, sin embargo éste heleno pone las bases para poder chingar, el mundo es individualista, entendido esto como que cada individuo es procurador de su propia subsistencia, felicidad y bienestar. El Estagirita propone que la ciudad es creación humana, la unión por nuestras propias necesidades para lograr el Bien, el bien común que se debate en diferentes intereses, a todo esto Aristóteles se emprende a intentar conciliar: el individualismo con la búsqueda del bien común. Para que una ciudad sea buena necesita buenos ciudadanos, y los bueno ciudadanos son aquellos que están llenos de virtudes y buscan la vida virtuosa, de esta manera los intereses deben ser comunes, intereses particulares vician la política. A todo esto explica que una ciudad es aquella que se gobierna por sí misma, satisfaciendo las necesidades que le imponga la existencia. Ahora bien en el momento de establecer quién si es un ciudadano y quién no lo es, establece clausuras inconmensurables: un ciudadano debe ser ateniense, los no-atenienses se chingan, el ateniense es símbolo y paradigma indiscutible de lo que es hombre, de tal suerte, que los esclavos, forasteros, deformes, deficientes mentales y las mujeres están fuera de la polis, fuera de la ciudad, según Aristóteles la justicia es necesaria para gobernar, la injusticia es símbolo de vileza, crueldad y bestialidad, cada hombre debe tener lo que merece, lo que su trabajo y virtudes le hace meritorio tener, cada hombre debe forjar lo que quiere poseer, en efecto, son nuestras vulnerabilidades y necesidades lo que hace la unión humana, ya que ningún hombre puede vivir bien, si no tiene sus necesidades cubiertas, y todos deben tener las herramientas y los instrumentos para hacer bien su trabajo, el bien cada quien se lo procura, con su trabajo, con su esfuerzo y con sus virtudes, en efecto, un ciudadano es aquel que goza del poder de participar en la administración y deliberación de justicia en una ciudad, sin embargo, excluye de estos privilegios a los no-ciudadanos y ¿Quiénes son los no-ciudadanos? Los no-griegos, los barbaros, para él la esclavitud no es una invención humana es una ley natural, hay hombres que nacieron por naturaleza para ser esclavizados, oprimidos, maltratados, para la servidumbre, para satisfacer la necesidades sexuales (mujer), la esclavitud, servidumbre, la opresión y dominación de las razas inferiores (entre ella la mujer) es imprescindible, el esclavo es una especie de instrumento, de herramienta, de cosa para ser útil, estos deben procurar comodidad, servicio y riqueza, en efecto, un buen bárbaro es aquel que acepta y se somete dócilmente a quien es superior  por naturaleza, se sujeta a su amo y le procura los bienes indispensables para su existencia, en otras palabras se deben someter, oprimir y aceptar la esclavitud los inferiores, hacer violencia y doblegar la voluntad de los más vulnerables, los no-griegos.
Esta esclavitud, servidumbre y machismo es natural para Aristóteles, además es conveniente para los más débiles someterse a quien es superior a ellos, Chingar para Aristóteles no es una invención humana es una ley natural. Cuando se habla de ética aristotélica se habla de felicidad que debe ser procurada por la virtud: la contemplación y para conseguir esta felicidad es necesaria la riqueza perpetua para obtenerla, es decir, los esclavos no pueden ser felices, ellos deben procurar la constante riqueza y comodidad del amo para que sea feliz, en efecto, la felicidad es particular, los otros están fuera de mi felicidad y por lo tanto lejos de obtenerla, ellos existen para que Yo sea feliz, los otros-esclavos interrumpen la felicidad particular y deben procurar la del amo, es en estas categorías aristotélicas que pone las bases de la natural ley del racional y buen chingar-individualista.
La capacidad repulsiva, cautelosa, agresiva y violenta del hombre contra los más débiles es majestosamente expresada también por Thomas Hobbes,  este filósofo cae en la cuenta de que la naturaleza humana es perversa, no puede –según él- existir el altruismo natural en el hombre, sólo rapacidad innata, esta es la inicial posición de guerra contra todos, el hombre es movido por el deseo y temor, deseo de poseer y temor hacia los otros que tienen la capacidad de quitar, robar, de matar, la guerra es una condición necesaria en el hombre, de tal manera que todos desconfían de todos, y debe haber algo que lo regule, que imparta justicia, la creación de un ser más poderoso que el hombre para que este imparta la paz, el Estado (leviatán), la creación del Estado no es otra cosa que el constante temor hacia los otros, en vez de temerle a todos es mejor temerle a uno solo, la ambición gobierna a la razón, esta última es incapaz de guiarlo, la ambición es capaz de sacar a relucir sus más bajos instintos asesinos, en otras palabras, el apetito natural del hombre lo empuja hacia un irracional afán de dominio sobre los otros y honor, el ser reconocido por los demás, hacia una incesante superación de los otros, está llamado a estar por encima de los otros a base de violencia, de guerra. La guerra entre los hombres es algo inevitable, todos quieren ser superiores que otros, esto según Hobbes, es la felicidad humana, la superación del prójimo.
Orgullo, ambición y vanidad son la fuerza motriz del hombre, es la razón de todos sus actos, en palabras de nuestro autor: El hombre trata primero de alcanzar la excelencia mediante el ejercicio de su propia imaginación; luego haciéndose estimar o temer por los demás. El hombre es un lobo para el hombre, los intereses de los hombres son comunes por eso existe una eterna guerra, cuando dos hombres desean la misma cosa que no pueden gozar juntos se convierten en enemigos. Para Hobbes chingar se vuelve una inevitable situación humana. El hombre tiene miedo del hombre, por eso crean a este monstro bíblico Leviatán, es creado por el hombre y se hace una lectura del hombre, analiza las leyes de un Estado y te darás cuenta de cuantas cosas tiene miedo el hombre, que haga el mismo hombre, los hombres son fieras para los hombres, nadie está seguro ni el más fuerte, porque tiene que dormir, y el enemigo débil puede matarle en sueños, y el débil tiene la capacidad de matar, inseguridad e incertidumbre gobiernan la relaciones humanas, el hombre prefiere renunciar a su violencia contra los demás y someterse a un gobierno, a un gobernador, es mejor –según Hobbes- temerle a uno que a todos. Chingar a los hombres es condición necesaria para mantener la paz.
La Discordia entre los hombres es por tres deseos natos: competencia, desconfianza y gloria. La primera porque los hombres compiten entre si, miden sus fuerzas, se atacan para lograr un beneficio, y demostrar su poderío, la segunda para lograr lo que el hombre siempre ha querido”seguridad” y la tercera para ser reconocido. La violencia es necesaria para convertirse en dueño de las personas: esclavos, mujeres, niños, ganado, tierras, riquezas, la desconfianza surge para defender lo que es suyo, para tener sus posesiones seguras lejos de los hurtos, y la gloria es para que su poder, sea reconocido por los hombres de su comunidad, un apellido, una opinión, una característica propia. La guerra es una lucha de voluntades, y la paz sólo significa que no hay nadie que este peleando por el poder, la eventualidad de la voluntad en la guerra es símbolo de ver quien pude más, y así lograr la seguridad. Todos contra todos, la única seguridad es la fuerza propia y la razón suficiente para proporcionársela, ante tal circunstancia no se puede crear nada, no existe nada más que el continuo temor de morir violentamente a manos de otro hombre; la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve, la vida del hombre se hizo con una constante amenaza de ser chingado por otro.
Este legado racional desembarca en los galeones europeos al nuevo mundo, legado violento y cruel que tenía que llevarse a efecto en la conquista de la nueva tierra, ya con lo anteriormente mencionado, la mentalidad occidental estaba repleta de malas intenciones y pesimistas concepciones antropológicas, los ideales del europeo eran la máxima riqueza posible en la menor cantidad de tiempo, la tierra que descubrieron era hermosa llena de riquezas tan grandes como exóticas, pero la tierra no estaba sola, tenía dueños, tenía habitantes, el descubrimiento no solo de tierra sino de humanos causo gran conflicto para el conquistador, necesitaban una justificación del aniquilamiento, el hurto y la apropiación de las nuevas tierras, la justificación fue muy sencilla “la evangelización de las indias”, por derecho y bienestar de los nuevos aborígenes era necesario domesticar y explotar a los indios, la capacidad rapaz de evangelizar por medio de la violencia fue lo primero que conoció el indígena mexicano, brutalidad infame que impacto a un Fraile llamado: Bartolomé de las Casas, en su manuscrito de “Apología” narra la violencia y barbarie cruda por la cual el español somete a los indios, y aun así es capaz de hablarle de un Dios de Amor, esto lleva a -De las Casas- a confrontar el evangelio con la filosofía aristotélico-tomista, lo que dice Aristóteles de la ley natural que somete a los barbaros a los pies de los “sabios” y la “caridad” empleada en el evangelio. La verdad del evangelio es insostenible para los conquistadores españoles, pues no podían someter a los indios con amor, tenían que someter a la fuerza, desmembrando su voluntad, la violencia es insostenible desde el evangelio y a lo cual acusa a los españoles de ser incluso más salvajes, crueles e irracionales que de aquellos que ellos llaman barbaros, es más justifica la defensa de los indios: “todo pueblo, por muy bárbaro que sea, puede defenderse de los ataques de otro pueblo más civilizado que pretenda subyugarlo o privarle de su libertad; es más, lícitamente puede castigar con la muerte a tales personas más civilizadas como salvajes y crueles agresores contra la ley natural. Tal guerra es más justa que aquella que, bajo pretexto de superior cultura, se le hace”, Esta defensa causa gran controversia en los conquistadores que querían violentar y subyugar, fundamenta la conquista no desde el evangelio sino desde la filosofía, las intenciones de los españoles no era construir una nueva civilización sino la plena satisfacción de sus interés mezquinos y avaros, en efecto la filosofía de tipo esclavista como lo es la aristotélica era fundamental.
Se crean provisionalmente “las leyes de burgos”[3] sin embargo, chingar era imprescindible, es así, como se empieza a justificar la conquista con Aristóteles y Santo Tomas de Aquino: "Siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; dominación que les traería grandísimas utilidades, siendo además cosa justa, por derecho natural, que la materia obedezca a la forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, los hijos al padre, lo imperfecto a lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien universal de todas las cosas. Este es el orden natural que la ley divina y eterna manda observar siempre. Y tal doctrina la han confirmado no solamente con la autoridad de Aristóteles, a quien todos los filósofos y teólogos más excelentes veneran como maestro de la justicia y de las demás virtudes morales y como sagacísimo intérprete de la naturaleza y de las leyes naturales, sino también con las palabras de Santo Tomás...” Chingar se vuelve de lo más racional con las máximas autoridades filosóficas. Chingar en México no fue una invención propia, fue impuesta, pedagógicamente tatuada en los cuerpos de todos los nacidos en esta tierra. Se enseñó a someterse al más fuerte y perfecto que         –según- son los europeos, a todo esto escribe Sepulveda: “La determinación de lo humano no es otra cosa que la determinación del hombre occidental, erigido paradigma absoluto de humanidad. Desde tal perspectiva, la evangelización será necesariamente una empresa violenta que requerirá, como condición previa, la destrucción de la identidad del otro”. Esta es la verdadera herencia legada por Europa, destrucción de la voluntad y sometimiento a la fuerza racionalmente sustentada, lo que comúnmente llamamos, gritamos, vivimos, sufrimos y experimentamos: Chingar.


El dinero como motivo para chingar
La más grande infelicidad es tener todo lo que el mundo ofrece con promesas felicidad y descubrir el más insulso de los abismos, al menos los pobres luchan por tener cosas y en el transcurso en el que buscan obtener, la esperanza los alienta y los mantiene vivos, miserables son aquellos que tienen todo y descubren que no es nada.

El hombre se mata así mismo por dinero, se prostituye, se vende, se ofrece, en el momento en el que se dieron cuenta que el dinero ofrece comodidad y la humanidad ofrece necesidad.

En el momento en el que el hombre se rindió al poder del dinero lo propuso como dios, y al parecer este dios es más efectivo que otros dioses, !este tiene el poder incluso sobre las religiones!

La circunstancia actual mexicana está repleta de una cosmovisión consumista, el hombre es un ser de consumo, consumo luego existo, y si el hombre se define en su capacidad de poseer, adquirir, comprar, el ser racional es tener. Ser y tener amante dialéctica que encanta y maravilla al hombre posmoderno, lujos, comodidad, confort, seguridad, placer, diversión, burguesía, son sinónimos de nuestra era, la ausencia de sentido en cuanto ser humano se desvanece entre la vanidad y la egolatría, el sentido a la vida recae en la satisfacción de tener, pero se llega a un punto de que se tiene más de lo que se necesita y no se sabe qué es bueno y qué es malo. La potencialidad racional del hombre se reduce a la capacidad de hacer dinero, lo racional es de aquel que sabe hacer riqueza, inventando, vendiendo, laborando, en efecto, la razón es de quien logra hacer fortuna, ese hombre se admira, alaba, imita, idolatra, es modelo y paradigma de nuestra sociedad, todos desean la comodidad, el lujo, presumir. El éxito en México es el triunfo económico, la meta es lograr hacer el suficiente dinero para vivir placenteramente, esta cosmovisión recae en todos los ámbitos humanos, desde lo profano hasta lo santo, abarcando lo puro, lo sagrado, lo hermoso, lo profesional, lo irreal o real, la piedad, el perdón, el amor, la amistad, el matrimonio, la compasión, la hermandad, la política, la educación, todos los ámbitos humanos recaen en conseguir dinero o comprar todo lo anterior con dinero. Cuando el dinero entra en algún ámbito humano lo pervierte, lo justo lo vuelve injusto, lo sagrado se torna profano, lo asqueroso se vuelve bello, lo que mata se vuelve procurador de vida, lo idiota lo vuelve sabio, lo malo lo vuelve bueno. Dinero capacidad predadora de todos los hombres y divinidad que todos los hombres desean, seguridad incólume y sometedor de hombres, todos los hombres lo buscan, se rinden ante él, lo adoran, tanto el santo como el pecador, el ignorante como el inteligente, la mujer como el hombre, lo jóvenes como los ancianos, el dinero vuelve a todos los hombres siervos de él,  Señor de su vida.
El dinero fue creado por los hombres para servir en la vida del hombre, es el dinero el que sirve al hombre y no el hombre le sirve al dinero, ¿En qué momento el hombre empezó a servirle? hoy el hombre se estima menos que el dinero, trabaja para conseguir dinero, se humilla, se vende, se alquila, se prostituye, se renta, vive y muere para el dinero, ¿El dinero realmente tiene la culpa de que los hombres se maten por él? El valor del dinero es el que reside en la capacidad de someter a todos los hombres bajo su poder, aquel que lo posee tiene la admiración y respeto de todas las personas, las virtudes no importan y mucho menos los valores, lo que importa es la astucia, sagacidad y capacidad de hacer dinero, si se hace dinero vendiendo, estafando, violando, traficando, matando, secuestrando, robando, seduciendo, es bueno e incluso se estudia para procurarlo, existen universidades en las que se estudia para saber chingar a los demás y enriquecerse de su miseria, en fin, el dinero se convierte en persona, se antropoformiza, se vuelve en un ente real al cual se le venera, como un semidiós con poderes exorbitantes a lo cual el hombre se asombra y teme, el criterio racional humano no es si me desarrollo personal y profesionalmente, tampoco es si soy feliz, menos si puedo desarrollar mi capacidad de comprensión de las cosas, ni formar una familia como un criterio humano y mucho menos si existe una sensibilidad en las relaciones humanas, el criterio racional que nos rige es la capacidad de recibir ganancias, independientemente de que sea bueno o no, lo que importa es cuanto puedo enriquecerme haciendo tal o cual cosa, sea santa o profana, sea trabajando o chantajeando, sea con esfuerzo o sin él, las inversiones no benefician al pueblo beneficia al dinero, ya que él sigue creciendo alimentándose del trabajo y explotación humana, mientras el dinero sigue permaneciendo y procurando su estancia entre los humanos, mientras el hombre muere trabajando buscando el dinero.
El sufrimiento humano es infinito, siempre ha existido, los pobres, miserables, oprimidos, esclavizados, asesinados están presentes en todas las etapas de la historia de la humanidad, el umbral del dolor humano se elucubra cuando se logra valorar algo por encima de la vida misma, en México y sobretodo en México las personas no son vistas como tal, son ganado, servidumbre, monedas de cambio, cosas, son objetos desechables e incluso reciclables, mercancías, productos, un inmenso mercado de humanos, el dinero hace al mexicano chingarse, lo obliga, lo hace ver como normal, “el que no tranza no avanza”, éste es su sistema, éste es su mundo, en él vive, se mueve y es, por el dinero, con el dinero y en el dinero el mexicano encuentra poderosas razones para devorarse, para matar, humillar, golpear, vender, violar, engañar, someter, educar, agredir, sobajar, traicionar, gobernar, perpetrar y ultrajar a sus semejantes, abunda la corrupción, es decir los valores aquí no cuentan, el soborno es una manera de demostrar que aquí lo que cuenta es el dinero, insensibilidad ante los más miserables y pobres, la humillación y vergüenza a las clases indígenas, el secuestro es manifestación de que las personas valen por su dinero, la traición es una epifanía de que lo que cuenta no es el pueblo sino los intereses económicos de los inversionistas, la trata de blancas y pedofilia fundamentación real de nuestro país en la cual la dignidad de la mujer y de los niños no importa, abuso de las necesidades de las clases pobres para mantener la hegemonía política y social, el fomento de vicios como las drogas tanto licitas como ilícitas, la venta de drogas no deja pauta ni respeta la vida de las personas, el rapto para la extracción de órganos en donde los niños y jóvenes son los principales objetivos de los traficantes de órganos, en el momento que le pusieron precio a los órganos condenaron a los más pobres para ser objeto de venta, la prostitución como objetivación de la sexualidad como productora de riqueza, los salarios de hambre en donde las industrias tanto nacionales como extranjeras se aprovechan y esclavizan a las clases más vulnerables,  es decir, los valores en México son una utopía, no existen aquí, la vida humana no cuenta, ni su capacidad de sufrir ni su capacidad de llorar, la dignidad y el respeto por ser personas es una estupidez, lo que cuenta y es real es el dinero, este si es lo que da la vida, la verdadera vida, es la verdad, es el ser, es la realidad, es el ser de la humanidad.
Donde hay poder hay disputas, hay conflicto, hay competencia, es la lógica del poder, el dinero símbolo de poder sobre el humano, ese poder que apunta al dominio de toda la humanidad, el dios de nuestros días, el soberano señor del hombre, en esta racionalidad cerrada que no da pauta a escuchar las voces del que sufre, se vuelve la tiranía más radical, el hombre de nuestros días no busca un desarrollo humano, busca dinero para asegurar la vida. El hombre es un ser de miserias que busca saciar y estas miserias humanas son tan evidentes que difícilmente se pueden disfrazar, el hombre busca tener seguridad y control, eso se traduce como poder, ese control y seguridad en este mundo se traduce en dinero. El hombre busca el dinero por tres razones: primero el dinero es portador de todas las seguridades en este mundo terrenal, segundo el afecto, el sentirse querido para ser recordado y amado por lo hombres, es decir, soy amado luego existo, mientras más soy amado me encuentro vivo, y tercero: querer ser y tener, el reconocimiento y aceptación de los otros. No existe vida sin dinero como tampoco la felicidad. El dinero es el motivo principal para chingarse unos a otros.

Malinchismo sentimiento de inferioridad

El malinchista lo educaron para que denigrara a su gente, tuviera asco y repulsión por los suyos, para querer copiar de manera mediocre un modelo que jamas podrá cumplir, porque éste modelo desde un principio lo odio.

¡malinchista, cuanto amas y admiras a unas culturas que quisieran que te murieras!

La idea del malinchismo es ver con admiración otras culturas, despreciando su realidad, para que nunca intentara cambiarla.

 Un síntoma propio de los mexicanos es ver el extranjero como una tierra mejor que la propia, síntoma de repulsión y no aceptación de sí mismo, síntoma plagado en las clases pobres que es descomunal en México, es el único país en el cual casi toda su gente es pobre contra 11 millonarios, cerca de 53 millones en pobreza extrema ¿será que esta realidad económica hace que el mexicano vea siempre con buenos ojos el extranjero? No es anormal ver y escuchar decir a los mexicanos el anhelo de vivir, visitar, estudiar y trabajar en otros países, la mejor calidad de vida, la razón, la belleza, la calidad económica, la innovación, la tecnología, la ciencia, la libertad, las oportunidades laborales están ausentes de México, esta ausencia aunado a una psicología reprimida marca a todo una nación, las malas administraciones, los atropellos, las estafas, la corrupción es el pan de cada día del mexicano intentando defenderse del mismo mexicano, los sueños y anhelos está en otra tierra, en otro país, en otro cielo, en efecto ¿un malinchista es aquel que se desprecia, desprecia a su raza, a su tierra, a su cultura? Pero ¿Por qué? ¿Será que el malinchismo es una manera de huir de la realidad, la amargura del defenderse de todos hace que el mexicano busque de manera precipitada en la imaginación un lugar lejano la felicidad? La gran riqueza natural y la gran pobreza humana abunda en México, los gobiernos mexicanos no sólo han oprimido al pueblo sino que lo han callado, crímenes, asesinos, ladrones, genocidas, desgraciados, albergan al gobierno mexicano, que nunca se olvide que el mexicano nació para ser libre pero la miseria y pobreza abundo y carcomió su vida, los vencidos están ahora por ser vengados, porque sus lamentos no pueden ser acallados, ni ahogados en la riqueza cínica de los más malditos. En pleno S. XXI el malinchismo es una peste como un cáncer hace tumores y deben ser extraídos, de la misma manera debe ser cercenada la parte del cuerpo enfermo, así el malinchismo abunda como un fantasma que atormenta a cada mexicano ante el encuentro de un extranjero, el extranjero no tiene la culpa, el mexicano se ve atormentado ante una inferioridad psicológica, la raíz del malinchismo es la pobreza, ante la pobreza se anhela la riqueza, no sólo pobreza económica sino educativa, intelectual, cultural, los pobres anhelan ser ricos, y ante el paradigma de familia extranjera, prototipo ideal de perfección, con sus rasgos físicos, sus trabajos, sus tareas e incluso el dilema de sus problemas es apetecible, de las mismas campañas comerciales en México. La educación en México enseña que todo lo que llamamos cultura, el lenguaje, la ciencia, los ideales, la política, el arte, la música, la religión, los valores vienen del extranjero, se enseña a doblegarse ante el extranjero, a idolatrarlo, admirarlo, amarlo, y al mexicano a despreciarlo, desplazarlo, en efecto, de la misma manera que el niño imita a los padres, así el mexicano imita a esta pedagogía milenaria, del no se puede, del pesimismo, del fracaso, de la frustración, y busca ser más extranjero y menos mexicano desplazando su cultura por la del extranjero.
El conquistador ha dicho que el mexicano es un pseudohombre,  infrahumano, menos que un perro, ese linaje histórico que viene marcado porque el mexicano fue tan ingenuo que lo creyó, y en el momento de creerlo se denigro, acepto su inhumanidad y busco tener, y si no podía tener, al menos copiar al extranjero, en estos tiempos del 2014 la vida viene marcada por el mismo sentimiento, la pobreza está a flor de piel, las injusticias son innumerables, los extranjeros aquí son cuidados, respetados y liberados ci hacen crímenes en México, sin embargo el mexicano en el extranjero es sentenciado a muerte, sepultado en fosas clandestinas, traficado, amenazado, extorsionado, sometido, se le imponen los atropellos dejándolo impotente ante un sistema que lo chinga, el malinchismo en nuestros días no es una traición, desprecio o repugnación es un escaparate, una ilusión, un sueño, una ficción, un olvido en donde nadie nos puede arrebatar nada, en nuestra propia imaginación.  
El malinchismo como una manifestación utópica de lo que quisiéramos que fuera, como una válvula de escape, como una idealización de la vida mexicana, “Vida digna”, al querer ser algo que no se es, se desprecia lo que se tiene, se denigra lo que se aprecia, se estima por debajo de lo menos lo que podemos ver, al esmerarse por vivir una mentira se mira con malos ojos la verdad, todo lo nacional parece repugnante: la vida, las raíces étnicas, raciales, físicas, autóctonas, indígenas, se tiene una psicología a la defensiva: <<yo no soy mexicano y nada de lo que él es>> se anhela la lengua del extranjero, la moda, la música, el físico, la comida, la tecnología, la arquitectura, el malinchista vive imaginariamente una realidad ficticia, negando lo que es y oprimiendo lo que tiene, adorando lo que no tiene y profanando su realidad. El malinchista ve a su tierra como una cárcel y lo de afuera como la libertad, niega pensar porque copia, niega creer porque no tiene fe en lo que posee, niega vivir porque muere en algo que no tiene, niega ser porque adora el no-ser, niega reír porque vive en el envidiar, niega cambiar porque no tiene personalidad, niega ver porque en la oscuridad logra ser lo que realmente quiere ser, niega a su gente porque ama a aquellos que lo desprecian, niega la ayuda porque del extranjero sólo ha recibido rechazo, niega progresar porque el extranjero todo lo ha obtenido robando, niega la realidad porque la realidad que tiene nunca le ha gustado, ¡malinchista cuando te darás cuenta que lo que tanto adoras te odia tanto hasta querer aniquilar tu personalidad, tu historia, tu gusto, tu fe, tu raza, tu cultura, en fin, tu vida!
Tres razones hacen al malinchista: El encanto de lo extranjero, el deseo de felicidad y el menosprecio de sí mismo impregnado en toda su cultura. La primer razón se encuentra en la fe en tierra extranjera, no deja de sorprenderle, porque es en el encanto que pude proyectar la imaginación, experimenta la miseria y la angustia, expuesto a todo tipo de ataque con la incertidumbre del mañana; la segunda es más cruel, la imposibilidad de ser feliz en México, un gobierno que traiciona, vende, abandona y limita en la más cruel impotencia y amargura de no poder ser ni libre ni bueno ni feliz; la tercera es la fuente diaria de la que bebe el mexicano, desde las más tiernas palabras de la infancia se ve valuado, comparado, medido y ponderado a los ojos de una sociedad anárquica a sí misma, como una madre que desprecia a su hijo, lo envuelve con injurias, lo mira con desprecio y lo enseña a limitarse, a mirar al suelo, le dice que no es nada comparado con otros, otros si triunfan tú no, otros son buenos tú no, otros ríen tú no, otros son bellos tú no, otros si son felices tú no, otros viven en paz tú no, otros viven sin violencia tú no, otros llegan a alcanzar su sueños tú no, otros conocen el amor tú no, otros logran ser aceptados tú no, otros pueden ser libres tú no, otros llegan a ser doctos tú no, otros conocen el éxito tú no, otros llegarán a ser buenos hombres tú no, ve a tu alrededor, sólo se ve: pobreza, miseria, ignorancia, vicios, flojos, irresponsables, esclavos, oprimidos, envidias, todos defendiéndose de todos, todos intentando chingar a todos. El malinchismo y su actitud despreciable ante sus semejantes es el cáncer de México, desde su presidente que vende a su pueblo hasta el pueblo que denigra al indígena. Es la imposibilidad de progreso.
Los indígenas son la repulsión de un pueblo malinchista, el rezago de la porquería, el indígena es el despreciado de un sistema mutilado, el olvidado, despreciado, el marginado, nadie soporta ver al vencido, al perdedor, son los perros de una mentalidad que se autoflagela pensando que no es nada, el pueblo mexicano empieza a resentir su inferioridad cuando llegan extranjeros a mandar y explotar su tierra, es decir, al invitar a inversionistas extranjeros a comprar parte del país para darle de comer, trabajo y enseñarle a las masas mexicanas, relegar responsabilidades a quien siente odio y repulsión por una raza aminorada, siempre la propiedad extranjera en industrias, cualesquiera que sean los beneficios, disminuye la autonomía y el orgullo nacional, malinchismo mentalidad de mediocres entre los mediocres y la ignorancia total del valor de ser humano.
Existe algo más que la felicidad
Me canse de buscar y esperar la felicidad, he decidido ser feliz auténticamente, no por lo que me dicen o por lo que me proponen sino porque he descubierto que soy feliz cuando hago feliz a los que más amo. 

Extraño la comodidad de la ignorancia, como si fuera hoy algo indispensable para vivir y ser feliz.

Me han dado a probar la felicidad fugaz de los placeres y la vanidad, y he encontrado sufrimiento, he probado la felicidad en la religión y encuentro hipocresía, la única pregunta que me hago es: ¿existe la felicidad o es una utopía? Y tengo miedo de encontrarla y aún así no ser feliz.

Tres preguntas me quedan por resolver ¿que vale la pena pensar? ¿que vale la pena desear? pero sobretodo ¿que es lo que más vale en esta vida?

La búsqueda de felicidad como finalidad de la acciones humanas, como pináculo ultimo y paradigma universal de la vida es pensado desde lo griegos, sobretodo Aristóteles define que es el anhelo y aspiración más grande que puede tener el hombre. El fin de todos los actos humanos es el ser feliz, es el buen ángel (eudaimonia), el ángel que salva al hombre de ser una bestia según Aristóteles. El ethos es el daimonia del antropos, la ética es el ángel del hombre, esta idea es “logocentrista” es decir, es idea helénica, griega, occidental, pero el logocentrismo ha claudicado, ya no es vigente, ha sido destronado, ya no sirve, la felicidad como finalidad del actuar humano ha demostrado tantas catástrofes en nombre de ser feliz, la búsqueda de felicidad en el hombre refleja egoísmo, avaricia, envidia, muerte, asesinatos, robo, mentira, es desde este punto que se debe replantear un nuevo paradigma racional y emocional. La búsqueda de felicidad se lanza como un sistema depredador, como un asesino maldito en busca de placer, consumir, ahogarse en la vanidad y miseria de una felicidad anárquica y repelente del ser humano y de sí mismo, felicidad narcisista que no cabe ni siquiera un Yo, felicidad hasta destruirse, felicidad hasta morir, felicidad hasta aniquilarse, felicidad maldita, pervertida y morbosa, en nombre de la felicidad las más grandes aberraciones y crimines son ejecutados.
El ethos, la ética es la base racional del hombre, la bondad que salva al hombre de la bestialidad, el despertar racional no está marcado por la admiración sino por el miedo, miedo a sufrir, a llorar, al dolor, a la criminalidad del mal hombre, a la muerte, esta pulsa el despertar racional, el hombre piensa ante la muerte, ante el no-ser, le aterra, temor y temblor ahogan toda su vida, no soporta la incertidumbre y amenaza de la muerte, la razón huye naturalmente de la muerte, del no-ser, del dolor, del sufrimiento, de la miseria, de la esclavitud, es normal ni sorprendente que Aristóteles haya proclamado a la felicidad como fin de la humanidad, la felicidad como huir, negación e incluso olvido de todo el mal, pero para procurar este fin del sufrimiento otros tienen que sufrir por ti, para ser feliz otros tienen que pagar lo que el amante de la felicidad desea no padecer, es decir, la felicidad es la ausencia total o parcial de todo mal, problema, preocupación, guerra, sufrimiento o muerte, el alejamiento u olvido de toda privación de gozo, placer, alegría, risas, paz, tranquilidad, seguridad, control, manipulación, en nombre de la felicidad se chinga a cuanto se deje.
La felicidad como un alejamiento total y la negación real o ficticia, definitiva o parcial de sufrir, un estado en donde no haya sufrimiento de ningún tipo, en efecto, la felicidad occidental es personal. Kant ya no se pregunta ¿Qué es la felicidad? Como Aristóteles sino se pregunta ¿Cómo hacerte digno de felicidad? Esta dignidad del hombre feliz se logra según Kant por la buena voluntad, es decir, la sensibilidad mínima por la vida, una sensibilidad tal que logre descubrir que no es el único que sufre que hay otros, pero se da cuenta que la buena voluntad humana a veces se pervierte, se desvirtúa. El hombre quiere hacer su voluntad y que todas las cosas sean como él quiere: la vida, el mundo y las personas. En efecto, el hombre crea un mundo suyo, busca la vida y acepta sólo a las personas que concuerden con su pensamiento. Una sociedad que ya está pensada, delimita lo bueno y lo malo, lo feliz y lo infeliz. La moral como actividad humana es una idealización de una voluntad, si esta voluntad es buena o es mala no lo sabemos, sólo sabemos que ya está ahí, ser feliz para Kant es la voluntad de querer serlo.
El pensamiento agota las referencias racionales para entender la felicidad como una violencia radical de querer ser. Agustín de Hipona replantea la pregunta ¿Cuál es la verdadera felicidad? Se da cuenta de algo, la felicidad se relativiza en una pluralidad infinita de pensamientos, en efecto explica “lo que hace feliz al hombre no procede del hombre, sino que está por encima del hombre” es decir, Dios, pero ¿Cómo saber que Dios está conmigo y puedo ser feliz? La presencia de Dios en el hombre se da en el amor al prójimo, de ahí saca su más famosa máxima: “ama y haz lo que quieras” donde hay amor esta la presencia de Dios, el espíritu divino que baja en el hombre en la ayuda misericordiosa al otro, lograr la trascendencia humana a través de la convivencia humana. Agustín de Hipona logra comprender que Dios es sinónimo de Amor, nadie, ningún hombre puede decirse cristiano si antes no se siente amado y comparte este amor. A lo que Maurice Blondel 16 siglos después escribe: he comprendido que para entender a Dios no hay que quebrarse la cabeza sino romperse el corazón, aquel que ama aun sin conocer a Dios ya tiene la presencia divina en él.
A la pregunta principal ¿existe algo más que la felicidad? La respuesta es sí, la felicidad es secundaria y ni siquiera primordial, la felicidad es la bandera del homicida, suicida, egoísta, ególatra, mentiroso. La grandeza del hombre no radica en la capacidad racional sino la capacidad amorosa, es lo que decía Pascal es una caña pensante, humano es polvo, tierra, lo bajo, lo débil, pero su grandeza es el amor, aquel hombre que no ama niega su humanidad, el amor descrebaja al hombre, lo despedaza, lo rompe para dar paso a la negación total de sí mismo, lo convierte lo destruye para transformarlo, lo desbarata para dar un nuevo comienzo, aquel hombre que se siente amado y ama encuentra el verdadero sentido de la existencia humana ¿Cuál es el fin del hombre? ¿A qué viene el hombre a este mundo? A ser amado y a disfrutar del amor, El amor siempre se muestra controversial e incluso incomprensible, porque arriesga, confía, no es prudente pero sobre todo no tiene miedo, a sacrificar, a perdonar, a ser traicionado, a ser el malo, a ser el culpable, a ser injuriado, a ser el imbécil, a perder todo, a arriesgar todo por un instante, no tiene miedo a no ser feliz incluso a morir.
Aquel que ama renuncia ser feliz, porque busca el bien de otro y no el suyo, sólo él es el verdadero bien y aquel que lo logra desplazar de su vida, nada en la naturaleza es capaz de reemplazarlo, y desde que pierde este bien, todo puede parecerle bueno hasta matarse o matar, no sabe en qué puesto ubicarse, evidentemente está perdido y no puede volver a encontrarse, busca en todas partes con inquietud y sólo encuentra tinieblas impenetrables. El único sentido es estar en él y el único mal es estar fuera de él, nuestro encuentro con lo otro nos obliga a amar pero nuestra naturaleza egoísta nos aparta de él, tal parece que estamos llenos de injusticia.
El hombre busca lo que le conviene y la sociedad humana se construye a base de mentiras, pero cuando se habla con la verdad los oídos se hacen sordos, los ojos se hacen ciegos y la boca se hace muda, tal parece que se ama la mentira, no esperen ni verdad ni consuelo de los hombres, es el amor, el verdadero dialogo humano, fuera de él sólo hay inmundicia, jamás he entendido el amor como algo sentimental o cursi, sino como la manifestación real de ver la más cruda y radical verdad, y aun así encontrar fuerzas sobrehumanas de olvidar el bienestar propio y buscar un bienestar común. El amor es el verdadero ideal humano en donde exista la igualdad, dialogo, comprensión, justicia fuera de él, cada quien justifica sus actos, no hay felicidad fuera del amor, existe el placer, la satisfacción, el deleite, la seguridad. El amar implica sacrificio, y el sacrificio aguarda una esperanza, no puede existir amor sin sacrificio ni sacrificio sin esperanza, el dolor no aniquila el amor lo fomenta y el sufrimiento no lo elimina lo potencializa, sacrificio implica la esperanza de vida, ya no la mía porque me muero, pero si la del otro, larga vida como herencia de amor, nuestra lucha es por la vida y nadie espera una vida estéril, sin sentido ni razón, una vida en muerte. El Sufrimiento, no como una miseria o temor humano, que aleja al hombre de los demás y lo obliga a buscarse en todos sus actos, como un psicópata que busca saciar su apetencia de placer en ver morir, sino como una potencialidad de vida que vence el miedo a la muerte, el sufrimiento vence el miedo, el alejamiento de él lo hace más grande, el enfrentamiento con él lo vence, pero no estoy sólo en esta lucha, están los otros conmigo y yo con ellos. Larga y buena vida es la herencia del amor.
El amor pero no como sentimentalismo sino como sensibilidad y apertura a la felicidad del otro, no de un Yo sino de un Nosotros, ese es la verdadera intencionalidad y finalidad del actuar, no como utopía sino como realización real de la vida humana, es el ángel de la humanidad, todos los valores giran en la disposición y reconocimiento del otro, no estoy yo solo hay otro junto a mí, no sólo yo sufro existe otro que sufre conmigo, junto a mí. La presencia de divinidad en el humano, hace una invitación a sufrir, el hombre ya no buscara su felicidad sino que se pondrá al servicio del otro. El que no acepte amar, no acepta ser humano, no acepta sufrir, y en este proceso se hace egoísta y soberbio, amante de la muerte del otro, en un estado perpetuo de insatisfacción, un morfilico, un amante de la muerte.
¿La Religión Chinga?
¡Que dejen de llamarse cristianos, aquellos que actúan como si no lo fueran!

Habrá días en los que querrán escuchar la palabra de Dios,
Y nadie la proclamará, querrán escuchar acerca de Dios 
y las bocas quedarán mudas.


Dios es tan bueno que incluso deja que se hable mal de Él.

El único ateo en México es el demonio, pero incluso el sabe que Dios existe.
Preguntarse si la religión en México chinga es algo que para los creyentes puede lastimar, pero como decía Nietzsche: cuanta dosis de verdad el hombre puede soportar, la pregunta por si una institución y sobretodo la católica ha utilizado el poder de la administración de las conciencias para sacar provecho propio, y si lo hace ¿Por qué?  ¿Qué gana con chingar a un pueblo minorizado? Y si lo ha hecho ¿lo ha hecho por dinero, por poder, por miedo? El evangelio ha venido a México con la biblia en una mano y la espada en la otra, ha sido una religión impuesta que ha servido para justificar la riqueza mercenaria de un conquistador. El evangelio que esta impregnando de amor por todas partes el mexicano jamás lo ha visto, este amor del cual dios habla nunca se supo si paso por tierra mexicana, si la religión en México hubiese sido efectiva; la idiosincrasia y los ideales serian diferentes, la fraternidad, el amor, la justicia y la solidaridad hubieran sido efectivas, la pregunta sería ¿le religión verdaderamente libera u oprime más? Sobre todo en México ¿Qué pasa con la religión en México? La circunstancia actual es que la iglesia tiene el evangelio y su palabra, pero como institución se comporta como una burocracia corrupta, manipula la palabra y la corrompe, con la intención de controlar, manipular y mantener hegemonía, el ateísmo sobretodo en México jamás ha sido por criticar el evangelio sino el pedante y pésimo testimonio de los que incorporan la iglesia, sus aberraciones, sus injusticias, perversiones, avaricias y vicios han llevado al pueblo al odio y escepticismo de la iglesia. En México el único ateo es el demonio, pero incluso él sabe que Dios existe, según la iglesia está conformada por todos, echando en cara que el ejemplo le compete a todos, es decir, que los ojos del mundo ya no estén en los administradores de la iglesia sino en quienes la conforman. En México la iglesia ha sido cómplice de todas las injusticias hechas a este pueblo desde que toco tierra mexicana, sus filas de clérigos están llenas no sólo de pecadores sino de criminales que han abusado de su poder: pedófilos, ladrones, homosexuales, violadores, asesinos, estafadores, la iglesia católica jamás ha sido perseguida por el evangelio antes bien, ha sido víctima de sus propias injusticias, sus palabras no liberan, sus labios están llenos de mentiras, domestican al pueblo para luego manipularlo, anuncian una liberación con las promesas de felicidad y la vida eterna, pero juegan y amenazan con las mismas, los ataques psicológicos son muy drásticos que imposibilitan las fuerzas humanas de cambio, niegan las virtudes humanas y enfatizan los vicios, consideran al hombre malo y desgraciado para luego consolarlo con el anuncio de amor de Dios, Por eso Marx considera a la religión como el opio del pueblo, exigen un cambio Metanoia, económico, que según es la muestra de una verdadera conversión, y piden la aceptación de las injusticias como muestra de purificación.
Amenaza y chantaje son dos cosas que el coloquio institucional del evangelio sabe utilizar muy bien, la sentencia de que lo único bueno que puede salir del hombre es mal y es sólo por Dios que del hombre puede salir algo bueno, es un ataque psicológico tremendo, dejando a la postre cualquier intento o fuerza humana, dejando al hombre en una inutilidad abismal, convenciéndolo de que todo intento humano es inútil, inservible, que es Dios el que debe hacer las cosas por el hombre, la radicalidad de esta sentencia es manipuladora, todo acto humano es malvado, nada puede hacer bien, todos sus actos son malignos, lo único que queda es orar y esperar a que Dios haga las cosas por él, la negación antropológica y el pesimismo sobre la condición humana son las armas potencializadoras del discurso católico, limita la vida del mexicano y suprime su potencialidad creadora. Invita a la aceptación de las circunstancias por miserables que sean, exhorta a no cambiar a someterse y aceptar la vida así como le haya tocado, lo invita a no defenderse a resignarse, a abrazar lo que Dios en su infinito amor le ha destinado: ignorancia, dejadez, pobreza, miseria, vicios, en realidad no libera, esclaviza a las personas, les invita a ser mediocres a conformarse, dictamina que la felicidad no proviene ni del estudio, del trabajo, de la riqueza, sino de la real aceptación de la condición humana así como le haya tocado. México no crece y conspirador de esto es la iglesia, el evangelio de amor al prójimo no está por ningún lado, sus representantes les encanta rodearse de las elites ricas, sus fieles feligreses aprenden de ella a chingarse, ella también los ha chingado, y se acepta que si incluso el sistema divino Chinga qué se puede esperar del sistema humano. La iglesia no ha servido más que para chingar, si hubiese servido en más de 500 años que lleva en esta tierra la convivencia mexicana sería distinta, habría justicia, habría verdad, libertad, amor y sobretodo testimonio, testimonio de que la iglesia vive para liberar, exorcizar, enseñar, dirigir al hombre en la verdad, pero no con el discurso que se platea en las iglesias mexicanas.
El que obedece nunca se equivoca, el sometimiento a voluntades que se guían por el interés económico y político es sublime, no busca liberar mandando, sino someter obedeciendo, se cierra a todo dialogo, cuando se le penaliza no lo reconoce y siglos después pide perdón, coerciona la libertad y construye una heteronomía arrasadora sometiendo a inmensidad de personas ¿tanto poder no llegara a corromper, tener a tantas voluntades sometidas en tus manos no llegara a pervertir incluso al más santo? Hay que dar razones de nuestra Fe, exige San Pedro, pero las razones en México han sido insuficientes, un México que no tiene valores, que no es libre (y no me refiero a una libertad económica como la teología de la liberación, sino libre de vicios, de adicciones, de males, odios, injurias, asesinatos, etc.,), que su gente se ahoga en la miseria e ignorancia, que ni siquiera reconoce su dignidad divina, Cristianos que matan a cristianos, cristianos que golpean y violan a cristianas,  cristianos que roban a cristianos, cristianos que mienten, injurian, perjudican, atropellan, abusan, de cristianos, es decir, cristianos que chingan a cristianos, incluso las sectas que se introducen a este país ven el porvenir económico y la manera de chingar. En algo si es bueno el mexicano en imitar, y logra imitar a la perfección lo que la iglesia le ha inculcado, ser arrastrado, anhelar las amistades ricas y poderosas, mentir con buenas palabras y buenos ideales para beneficio propio, tener una buena apariencia aunque por dentro se esté podrido, y chingar prudentemente, es decir, no ser tan descarado ni ser tan tímido a la hora de pedir, en otras palabras: Chingar santamente.
La iglesia lo que ha demostrado de manera evidente: es que ama el dinero, lo ama con locura, también se prostituye ante él, se deja penetrar por homicidas, bandidos, explotadores, mercenarios, vende patrias, adúlteros, rateros, mentirosos y violadores siempre y cuando tengan la tarifa exacta que pide la iglesia como buena ramera, anuncia el desprendimiento de los bienes para los más pobres y para la iglesia, ha demostrado ser tan humana y terrenal, que anhela y desea lo mismo que la gente pagana y pecadora, se mueve por interés, busca aliados poderosos para seguir manteniendo una hegemonía social, política y económica, su buena noticia es sospechosa, ponen losas insoportables en las espaldas de los más débiles y ellos ni siquiera quieren mover un solo dedo, busca participar de las ceremonias de elite social y se engrandecen con sus conocidos ricos, un neofariseísmo se vive actualmente dentro de la iglesia. Sus normas morales son inservibles porque ni siquiera ellos las llevan en práctica, saben lo que se debe hacer pero no lo hacen, se justifican y luego piden perdón. Corrompen la fe del más pequeño para buscarse enemigos que los persiguen no por denunciar las iniquidades y anunciar el evangelio sino por venganza. El evangelio en México se pone en duda, si se tiene dinero las puertas de la iglesia están abiertas y sus muchos pecados son perdonados. Es decir, el ideal de ser perseguido y odiado por el mundo no lo ha conseguido, porque ama el mundo y persigue a quien le recrimina sus males. La iglesia si ha sido perseguida y señalada no ha sido por anunciar el evangelio, o por su santidad y verdad que incomoda al mundo sino por sus crímenes, malos tratos y pésimo testimonio. La iglesia tiene que reconocer que es humana y que tiene la verdad, pero que esa verdad ni siquiera ella la soporta.
La situación real de la iglesia se ha tornado insoportable: violan niños, los seminarios son jaulas de homosexuales, la avaricia y codicia invade siempre que hay dinero dentro de sus arcas, se ha tornado una iglesia hipócrita que se reviste de blanco, pero por dentro apesta y se pudre, ¿Por qué busca someter y oprimir a las masas mexicanas? La situación en México se vuelve cada vez más predadora y cruel, a lo cual la iglesia opta por apoyar a los ricos y poderosos y someter a los pobres y vulnerables, la iglesia si ha enseñado a chingar y no ha hecho gran diferencia en la vida mexicana, al contrario la hunde más, no ha buscado liberar sino manipular el evangelio de tal manera que se le conceda el sometimiento de toda voluntad y conciencia mexicana, con la intención no de guiar, enseñar, prosperar sino de mantener un estatus social estable, es decir, asegura su existencia en la comunidad humana mexicana, no enseña el amor a la verdad entre los habitantes mexicanos pues su testimonio es mentiroso, no enseña la caridad hacia los demás pues exige y no se tienta el corazón a la hora de pedir, no enseña una sexualidad cristiana y saludable, pues, ante sus palabras su ejemplo le precede, no enseña el amor al prójimo pues su indiferencia ante el más pobre y débil y su preferencia ante el peculado y petulante es innegable, no enseñan la honestidad y el trabajo horrado, pues ellos viven de la feligresía, no enseñan a hablar sincero y sin miedo pues su persona oculta males graves, no enseñan la servicialidad y la atención, la aptitud paciente y tolerante antes bien la violenta y colérica, es cierto que no son todos, que existen algunos santos, pero que incluso los santos veían con coraje y vergüenza su verdad, creo que México está hambriento de una verdadera religión de hombres valientes llenos del espíritu divino y sin miedo a la hora de hablar con la verdad, creo que la religión es la verdadera salvación humana, y no sólo humana sino mexicana, creo que el evangelio de Jesucristo  no es estéril, al contrario es muy fecundo y creo que el mejor predicador no es el que habla más sino el que acoge la palabra del evangelio, la medita pero sobretodo la aplica en su vida y la pone en práctica, es en esa medida que el mexicano vera una luz en medio de todo una turba de tinieblas, no se necesitan fanáticos religiosos que dejen hijos, esposas, familia, bienes, ministerio y prediquen, antes bien, desde su familia, trabajo, hijos, den testimonio vivo de que el evangelio es verdadero, es palabra que se ha hecho carne en su vida, sobretodo México esta hambreado de verdaderos cristianos que prediquen no en las plazas y con palabras, sino desde su hogar y con hechos, una fe sin obras es una fe estéril, decir “Creo” es decir “Actúo”.


Amor a la mexicana
El amor no se niega, el odio se entrega.
Nadie elige amar, es el Amor el que te elige antes de experimentarlo, 
el amor precede a la bondad, es la presencia de divinidad en nuestra humanidad.

Soy amado luego existo.
 
Al hombre se le ama no por lo que ha sido, sino por el simple hecho de ser hombre.
¿Cómo ve el amor el mexicano? ¿Puede amar en medio de un mundo en el cual todos se comen unos a otros? ¿La mujer mexicana puede ser amada o está destinada como la malinche a ser chingada? ¿El amor en México es real o una simulación voraz de tener el placer sexual? La concepción del amor para el mexicano se torna múltiple por las diferentes concepciones heredadas, los estratos sociales estructuran una manera peculiar de entender el amor y los papeles que juegan las mujeres como los varones, el rol que llevan cada uno de ellos y las características para la seducción y el erotismo, a veces parece que el drama de la seducción sólo tiene una finalidad: la intimidad sexual, la mujer ejerce las reglas del juego y es ella la que decide hasta cuando se termina, hasta cuando el varón se ha desgastado lo suficiente para permitirle probar sus caricias y dejarlo entrar en los aposentos del amor, la realidad es que tenemos gran cantidad de abortos, madres solteras y a temprana edad, adulterios, incestos, infidelidades, divorcios, concubinatos, prostitución, pedofilia, un despertar sexual muy precoz, muchas mujeres solas y frustradas que han visto la realidad del juego del amor en México y lo han aceptado, disfrutan el tiempo que pueden estar con un varón para luego aceptar que se tiene que ir, las mujeres en México piensan que los hombres son “perros” (categorización antropológica de un varón infiel por naturaleza), la mujer siempre engañada, frustrada, la mujer sufre por ser amada y el hombre sufre por satisfacer su ego. En efecto, el amor en México tiene amplias vertientes que incluso a veces se desvirtúa, es muy común oír hablar que la mujer tiene las de perder, porque el hombre penetra y huye, sin embrago la mujer se queda embarazada de un ser, que el varón no deseo ni se hará responsable. La mujer mexicana toma conciencia del papel que tiene ante el varón, lo acepta y juega con él, sin embargo, la mujer mexicana del siglo XXI se ha liberado de los estereotipos arcanos del rol de la mujer ante el matrimonio, el sexo, el amor. La mujer dedicada a la casa y a las labores domésticas ha claudicado, sometida ante el yugo de un varón y dependiente de un salario proveedor masculino ya no es sustentable, la mujer mexicana ha evolucionado ante varias críticas sociales, morales y culturales se ha impuesto, la idea de que el hombre era mujeriego y la mujer debía ser virgen para ser tomada en cuenta va decayendo, la mujer mexicana de hoy se torna anárquica a los antiguos estereotipos, se divierte, trabaja, también tiene varias relaciones amorosas, juega y aprende de ellas, ya no depende del todo del varón, se muestra seductora y tentadora, demuestra que está a la par del varón, algunas veces con altivez y desmesura, ha tomado su papel muy emancipador, ahora ya no es el varón que seduce y se aprovecha de una mujer, ahora también es la mujer que seduce y se aprovecha de su víctima, sin embargo la mujer ingenua cae en el libertinaje, las injurias y críticas de la moral mexicana, la mujer sensata sale bien librada de las malas lenguas, chismes o falsos testimonios, cuida su imagen y su presentación, es decir, la mujer ya no depende de la iniciativa de los varones, por eso el amor se ha vuelto una lucha de egos, una guerra de estrategias para ver quien seduce a quien, quien enamora a quien, y el que se enamora pierde, cae a las expectativas y demandas del otro, cada cual utiliza sus mejores armas: la belleza física, la elocuencia al hablar (verbo), la exaltación de atributos corporales, la imagen de poseedor de riqueza, etc., el amor en México se ha tornado sospechoso, se deja de creer en el matrimonio y vivir feliz para siempre, se aguarda cierta espera del fracaso, de alguna infidelidad, mentira, divorcio. Aun así, el amor como proyección humana de todas las posibilidades, creencias y esperas de una posibilidad de llegar a tener el sumo Bien, en la responsabilidad y compromiso es real en el mexicano solo que a su manera.
El amor en México es cuestionable y traidor, se vive con gran escepticismo, duda y sospecha acerca del amor como verdad, es decir, no se confía en el amor, se ve como algo inseguro, que no garantiza la felicidad al contrario el sufrimiento, dolor y penas son las premuras que trae consigo, se confía más en el dinero, las mujeres ven con mucha sospecha el amor y los varones ven el amor como un desafío, una aventura, una emoción, es alarmante los hijos fuera de los matrimonios, los divorcios, las infidelidades, el amor en México ha perdido la fe, la fe que impulsaba a luchar y pelear por un amor sincero y honesto, basado en el compromiso y la responsabilidad, se ha vuelto más mercenario como un intercambio de placeres sin responsabilidad ni compromiso, la aprobación del aborto y la infidelidad como argumento insuficiente para el divorcio potencializan el amor mercenario: La fe como virtud antropológica potencializa la fuerza y valor para poder cambiar la idiosincrasia mexicana acerca del amor, ahora bien ¿es posible el amor verdadero entre los mexicanos? Por supuesto que sí, pero implica romper con todos los esquemas machistas, ideológicos, arquetipos del hombre mexicano ente la mujer, los dos, lado a lado se vuelven uno solo combatiendo a todo un sistema irracional, el mexicano cree y cree mucho, espera silenciosamente, de ahí la famosa fantasía: del sueño guajiro, cree que se puede ser mejor y proyecta sus intenciones en la imaginación.
¿El amor incluso lo más sagrado que puede tener el humano se prostituye ante una manera mezquina de chingar al otro, una manipulación, una manera de someter, doblegar y sacar provecho de intereses personales? El que se enamora pierde, porque cede a las demandas del otro ¿se podría decir que en México todo se usa para sacar provecho, que el justo y honesto está condenado a ser presa de los demás? El amor como negación de uno mismo para dar paso a las necesidades del otro en ternura, comprensión, perdón y dialogo, parece que solo se da en la maternidad, la madre, es decir, la mamá es lo más sagrado para un mexicano, como aquella que no niega a su hijo sino que lo protege de las más cruel peligro, incluso del padre alcohólico, agresivo y violento. La madre es la que ve por sus hijos, los ama y proyecta. A pesar de todo muchas madres fomentan el machismo en la misma educación de los hijos, el sacar provecho de la mujeres, que les sirvan y las sometan. La mamá en México es símbolo de un amor abnegado, que no se cansa de dar, servir, ofrecer, apoyar, ayudar, impulsar, creer, en efecto, los varones mexicanos que tienen una buena mamá que los educa, sabe el valor de una mujer, sabe lo que sufre, lo que se preocupa, se da cuenta de la importancia de una mujer en la vida de un hombre, en efecto, un hombre mexicano que carece de valores es un hombre que no tiene madre, o poca madre. El amor maternal enseña que el amor es posible y que no se debe negar al otro, pero el mexicano se topa con varios prejuicios y normas morales a la hora de relacionarse con los otros, este amor maternal es la base de que exista amor a la mexicana.
El amor aquí en México a diferencia de otros países se centra en aguantar, en soportar, en no rajarse, en amachinar, ver la vida y querer salir adelante a puro pundonor mexicano, en no saber doblegarse aunque las circunstancias sean tentadoras u hostiles, aguantar, el mexicano ama a fuerza de pundonor, ama a su esposa y sus hijos y lucha por ellos, se “friega” por ellos, el sufre por ellos, se chinga por ellos, prefiere sufrir y ser humillado él, a que su hijo, hija o esposa conozca la cruda realidad, esto llamaría el amor a la mexicano, rudo, por fuerza, por palabra, por corazón, el mexicano lucha y sufre por su familia, ve la manera de sacarla adelante, de asegurar su porvenir, su patrimonio, el mexicano se niega de esta manera, niega su felicidad, sus ideales, sus gustos, su persona por los que tiene a su cargo, lucha por lo que le fue encomendado, el amor a la mexicana no es una ficción ni una ilusión es una realidad descarnada de ver la vida y no temerle, es la radicalidad de salir de sí mismo por la espera y dependencia de los suyos, espera ver que su trabajo y esfuerzo no fue en vano, cree que lo que él hace es para beneficio de los suyos y lleva consigo mismo el dolor que voluntariamente ha aceptado para que los suyos no conozcan el sufrimiento, Amar para el mexicano es decir: ¡hoy, tú no sufrirás! No conocerás el hambre, la desnudes, la indigencia, la ignorancia, la tristeza, hasta que Dios me quite la vida, entonces tal vez y si tú quieres; conocerás la muerte. Amar para el mexicano es la radical negación de sí mismo, con la cruel imposibilidad de verlos sufrir.
El amor a la mexica es una realidad noble, de las más hermosas que existe en este mundo mexicano, pero cuando entra la idiosincrasia heredada de occidente egoísta y mercenaria, se introduce la manera de usar esta categoría antropológica del amor para manipular, explotar, violar, engañar, seducir, es decir, se usa para Chingar.
Chingar es una elección
“Las palabras más poderosas en el mundo son: Yo Quiero
Quiero cambiar o quiero seguir igual,
El mundo es una representación de la voluntad”.


Como todo en la vida chingar es una elección, el hombre elige como llevar su vida, elige como vivir, tomar decisiones propias o dejar que otro elige por él, elige llevar una vida miserable o una vida hermosa, elige cambiar o seguir igual, elige levantarse o estar tirado, componer su vida o empeorarla, vivir en el fracaso o tener éxito, vivir engañado o enfrentar la verdad. La libertad es una condición esencial del hombre. El mexicano vive en un sistema anárquico a la misma convivencia humana, el mexicano aun así elige como vivir, como pensar, seguir con las tendencias y los males arcanos heredados o cambiarlos, el mexicano que quiere cambiar se topa con una realidad que lo limita, aunque él quiera ser bueno, el mismo sistema lo obliga a sobornar, a mentir, a disfrazar, a lastimar, a pelear, a sacar provecho de los más vulnerables, a ser irresponsable, a probar y caer en vicios ¿es posible elegir no chingar o es una condición necesaria en la vida del mexicano? La necesidad enseña más que la universidad y las necesidades del mexicano son muchas, tan grandes y tan amplias que no todos llegan a satisfacer sus necesidades, todos los males que existen en nuestro país, el mismo sistema nacional los crea, y no es culpa de la educación, ni des las escuelas, ni de maestros, pero si de la idiosincrasia mexicana, las nuevas tendencias de exigencia consumista incita a muchos vicios morales, desde identificar más valioso el dinero que la vida humana, los males son fomentados y las nuevas generaciones empiezan a dejar de creer, si se puede ser un buen hombre ante tantos que no lo son, se puede formar una familia sin golpes, ofensas, amantes, mentiras, robos. Se puede trabajar siendo honrado, se puede crear, innovar e inventar para mejora de nuestra gente, se puede ser mejor, se puede educar sin tantos prejuicios y sin tantos errores, se ha visto desde generaciones antiguas que los dichos mexicanos son tan desgarradoramente real: el que no tranza no avanza, de que lloren en mi casa que lloren en la suya, la culpa no tiene el indio sino el que lo hizo compadre, etc., la misma cultura del chingar desgarra la convivencia humana y a todos sus estratos sociales, culturales, materiales, educativos, abarca toda la relación humana mexicana.
¿Se debe ver hasta donde llegamos para cambiar? Estamos cundidos de ignorancia y la verdad nos atosiga, nos molesta, nos incomoda, desde el ejemplo del obispo, cardenal o sacerdote, pasando por los presidentes, alcaldes y gobernadores hasta los pobres, indígenas y vagos, todos ven cómo sacar provecho de los más vulnerables, al que se deje, al que lo permita, el que chinga es tan culpable como el que lo permite, elegir implicar permitir, se permite la injusticia, el robo, la violación de los derechos, es decir, la voluntad mexicana se ve permisible, tolerante a las injusticias, a los malos tratos, a que se les robe, la voluntad mexicana se ha visto doblegada está acostumbrada a ser mandada, ordenada no tiene decisión propia, las masas mexicanas fingen que todo está bien, pero la realidad es muy diferente, esta acostumbrado a sobrevivir no a vivir.
Siempre existe la capacidad de elegir, uno elige sus propios vicios y crea sus propias virtudes, a veces ayudado por la idiosincrasia fomenta más unos que otros, se debe crear una cultura del cambio, una cultura de amor a la verdad, definiendo prioridades, prioridades básicas que no pueden dejarse morir: la familia, los padres, hermanos, esposa, hijos, trabajo, elegir no ser violento, desobligado, irresponsable, impuntual, mentiroso, agresivo, lujurioso, adultero, ladrón, se puede elegir seguir violentando a la raza, o fomentar el crecimiento de la misma, ¿si uno deja de chingar, pasa de lobo a cordero? La dialéctica pobre-rico se violenta el pobre que quiere ser rico y el rico que no lo permite, pero cuando el pobre sea rico, de la misma manera querrá retener el poder, la comodidad y se seguirá eternamente esta guerra, se debe elegir no chingar sino ayudar, no morderse entre los caídos, robarse entre los pobres, joderse entre los jodidos, la idea es ayudar, por supuesto no a todos, sino a los que tengas más cercanos, tampoco se trata de resolver la vida, antes bien tener la fuerza de hacer lo que se tiene que hacer, no lo que debo hacer, deber es voluntarioso, tener es humano. Las necesidades nos unen, nuestra humanidad nos llama a ayudarnos, soy humano y a veces mi humanidad es tan grande que me aplasta, sucumbo ante mis miserias y debilidades y no puedo levantarme solo, necesito, y es esta gran miseria la que me hace ser humano y llamar a todos mis hermanos. A lo que despierto y no veo más que pobreza, ignorancia, personas que se les niega la posibilidad de tener una vida buena, no es sólo el gobierno sino la mentalidad de chingar, personas desobligadas, polígamas, violentas, agresivas, sádicas, viciosas, flojas, ociosas, dejadas, irresponsables, irrespetuosas pero sobretodo que no están dispuestas a cambiar, se alegran de sus miserias, alardean, vociferan como fieras rabiosas y se cuelgan medallas imaginarias de crímenes y perversiones, se revuelcan en la putrefacción y se cubren del lodo de su inmundicia, placenteros de vivir en la mierda, nadie ayuda a nadie, al contrario se ayudan a seguir igual, robándose, mintiéndose, enviciándose, lanzándose ignorancia y pesimismos, hundiéndose en la misma cultura que los hunde y los ahoga, asfixiándose tanto que prefieren la muerte o alienarse en un vicioso para no caer en la realidad, blasfeman y encuentran alivio ni consuelo, la vida es apariencia, aparentar una vida buena, que los ojos del vulgo mire que se es bueno rezando, expresando plegarias huecas e insulsas que ni el mismo dios escucha, incluso se quiere chingar a Dios. Chingar es una elección tan común como la de levantarse temprano o seguir durmiendo, seguir soñando con una vida ideal o levantarse para hacerla realidad, chingar es una elección tan común como el saludar: ¡buenos días señor! ¡Que tenga un buen día! Que inaugura tanto la ética como la filosofía,  chinga es una elección como la desear ser un buen hombre, un buen hijo, un buen esposo, en buen padre, un buen hermano, un buen mexicano, chingar es una elección tan común como la de decidirte a abrir los ojos y ver tu realidad, aunque tengas tantas ganas de cerrarlos y pensar que nada de lo que vives es real, pensar es no chingar, pensar es no hacer la carga más pesada, pensar es empezar a querer vivir para elegir lo que quieres de tu vida y de lo que vienen atrás, empujando para poder vivir lo que se les va heredando.

Sueño guajiro: la esperanza y construcción de una utopía mexicana.

Ante todo este panorama ¿se podría decir que existe una solución, una esperanza, una razón para seguir creyendo que se puede cambiar? ¿El mexicano estará dispuesto a cambiar? Pienso que ante toda esta circunstancia hay posibilidades de mejorar toda nuestra cultura, ante una constante invasión consumista americanizada, una pansexualización, una educación cerrada y sometida a una domesticación, una cultura despreocupada por el otro, que goza y disfruta la desgracia ajena, en donde todos buscan la manera de chingar y de no ser chingados, en donde todos buscan una comodidad y beneficio a costa de aprovecharse de las miserias y desgracias ajenas, un país que tiene un porcentaje alto de pobreza que está siendo utilizada para someter por largo tiempo a este pueblo mexicano, un gobierno que vende sus recursos y a su gente, una iglesia que se ha acomodado y vive despreocupada por el prójimo, y una raza mexicana que no despierta, no despierta porque le gusta vivir soñando, despertar implica vivir, actuar, participar, implica ya no ser espectador sino actor de su presente y forjador de un futuro. No se trata de echar culpas y distribuirlas, ni relegar responsabilidades a otros y quedarse tranquilos, sino que implica la real y verdadera actuación de uno mismo, nadie va a hacer un cambio por nosotros, somos nosotros en los que esta la responsabilidad, hablar de nos-otros involucra a todos los que están viviendo la realidad mexicana, tampoco se trata de inventar utopías o prometer cosas imposibles, sino cosas reales, aquel mexicano que ha vivido injusticias, ultrajes, robos, chismes, grilla, secuestro, homicidio, hipocresía, tiene dos opciones adaptarse al sistema o cambiar el sistema. El más fácil siempre será el primero, no hay que hacer gran cosa sólo aprender a vivir como la mayoría de gente, las masas humanas son irracionales no cuestionan sólo se acostumbran a vivir como todos sus homónimos, no se aman a sí mismos, se desprecian a ellos mismos y desprecian sus ideales por temor a no ser aceptados por el mundo, niegan sus virtudes al mundo por querer ser del mundo, se identifican con los demás y se sienten seguros, no se cuestiona si están mal o están bien, sólo saben que encajan en el mundo y viven felices con la aceptación de las masas, el sentirse amados por el mundo es el perfecto ideal del rebaño, el ser señalado y rechazado es lo que repugna al hombre-sistema, el hombre-sistema se adapta y desea el reconocimiento, la gloria y el amor del mundo, no se construye nada sólo aporta más mierda al sistema, se vuelve mercenario y violento, maldice y desprecia los valores por desear tener el reconocimiento del mundo, no existe iniciativa ni ideales, hace lo que todos hacen,  preocuparse por su comodidad y un terrible asco por la solidaridad.
Los hombres de los que hablo son los que están hartos de vivir y morir en un sistema que da asco, que ante la indiferencia total de los hombres-sistema se ven en la impotencia radical de hacer algo, que ante la voraz sociedad mercenaria en busca de sacar provecho de todo se ve como paralizado y asombrado de tanta brutalidad y repugnancia humana, ante esto no mira con desprecio a los hombres-sistema ni mira con miedo la cruel realidad antes bien, mira la vida con optimismo creyendo en la virtudes humanas por encima de la barbaries humanas, cree en la bondad por encima de la maldad, y está dispuesto a llamar y apelar a la bondad humana, no existen cosas imposibles sólo realidades en las que no hay voluntad de cambiar. El mexicano necesita cambiar, alegrarnos del triunfo de los mexicanos hechos en México, es necesario aprender a ser justo, a amar la verdad, a no ser violento, a ser honesto, presto para ayudar, a buscar ser honrado y trabajador, y esto no es una utopía, está en nuestras posibilidades, el mundo es una representación de la voluntad humana, la voluntad humana como creadora del mundo, la voluntad humana como la que crea y destruye, es voluntad de cambiar, de mejorar, de superar, de amar. El cansancio de la voluntad mexicana recae en la anarquía y canibalismo sangriento de los suyos como valoración de odio y asco de sí mismo como raza.
La reestructuración de valores es piedra angular de un cambio real, la ética se destruyó, los valores son relativos y puestos al servicio de los intereses mezquinos de los hombres de mala voluntad. La ética es el ángel del hombre, es lo que salva al hombre de ser una bestia irracional hambrienta de muerte, el hombre mexicano necesita que se le muestre que existen valores más trascendentales y duraderos que el dinero, esto significa luchar con un sistema consumista que encuentra plena existencia y vitalidad en el dinero, dar un giro radical del -ser es tener- a -ser es ayudar- el pueblo mexicano esta hambriento de idealistas, profesionistas, intelectuales dispuestos a ayudar y no a chingar, dispuestos a no adaptarse a un sistema corrupto y prestos a cambiar su medio, es decir, conocer para ayudar, pensar para cambiar, enseñar que ayudar es ser persona, los nuevos valores serian: solidaridad, trabajo y justicia, piedra fundamental para esta nueva tierra mexicana, la nueva educación giraría en torno a estudiar para ayudar conocer para innovar, el nuevo mexicano criticaría y pediría respuestas legitimas a los poderes de opresión: al gobierno y a la iglesia, cuestiones delicadas que deben ser respondidas con franqueza y razón. En efecto, la solidaridad haría una ligación, una identificación con la raza, la raza mexicana, somos todos mexicanos y estamos dispuestos a ayudar, alegrándose con logros hechos por mexicanos, no envidiándolos, ayudando a la raza, enseñando a los ignorantes, corrigiendo a los que están errados, fomentado el deporte y la educación y no los vicios y el ocio, educando a las generaciones más jóvenes e inexpertas, con las oportunidades para que sigan con sus estudios profesionales (México tiene hambre de profesionistas con iniciativa, mentalidad de ayuda y de creación, no de obrero y domesticación), la miseria mexicana es tan colosal que arrasa cualquier comprensión racional, la necesidad es inmensa que pareciera que no hay solución, la confusión es tan voraz que no se sabe qué hacer, la ignorancia tan peligrosa que arremete incluso en contra de las cosas más sagradas y leales, la utopía es tan irreal que pareciera que solo en sueños sería posible alcanzar, es por eso que el trabajo es piedra angular de la construcción real del sueño guajiro: el trabajo no como evolución y trascendencia material sino como revolución solidaria por mejorar la vida, ¿de que serviría mejorar mi vida si a mi alrededor solo veo miseria y necesidad? Trabajar cada quien con lo que sabe y tiene a su alcance realizar, el mal no es una condición natural es una elección humana, el ser humano por el simple hecho de ser humano es bueno, dotado de virtudes, dones, talentos, es por eso que toda virtud, verdaderamente virtud, está llamada a servir, y en el servir encuentra su realización eterna y permanente, en efecto, humano significa polvo, debilidad, vulnerabilidad, a veces nuestra humanidad nos gana (vicios, manías, desenfrenos, adicciones), pero son nuestras necesidades las que nos ayudan a unirnos, nos sentimos unidos a los otros por nuestra necesidades, el trabajo es resolver esas necesidades. El trabajo como potencializador de soluciones para la vida. Mientras otros desperdician su vida nosotros trabajos para aprovecharla, el trabajo no como medio de servicio y sometimiento sino como la resolución e innovación para la raza, para la gente, para el pueblo. La justicia como impartidor de ayuda y protección de los más necesitados y atropellados, como iniciador de impartir las mismas oportunidades de prosperidad para todos, siempre va existir uno que sobresalga y otro que por su misma condición quede rezagado, la impulsión de un pueblo merece la real y verdadera justicia. La justicia no como la definición tradicional: dar a cada quien lo que se merece sino dar las opciones potenciales de merecimiento que todos deberían tener, esa capacidad de merecer otorgando los medios para poder potencialmente obtener, la justicia proporcionada como una capacidad de crecimiento y prosperidad, en todos los aspectos: académico, profesional, económico, familiar, religioso, moral, laboral, salud, vivienda. La justicia no desde una perspectiva de juez y castigo, sino como la capacidad de otorgar las opciones necesarias educativas, económicas y laborales para castigar lo menos que se pueda; la justicia como esa capacidad de hacer a las personas con una capacidad crítica del juicio, deliberando y discerniendo por ellas misma con el conocimiento de lo que es bueno y malo. Es justo erradicar y anular al dinero como supremo y máximo valor; no necesitamos personas competentes para ganar dinero sino competentes para ser solidarias y atentas al dolor y necesidad humana, atentos a las necesidades y carencias de su gente, competentes para ayudar y en esa medida y como añadidura tener los honorarios reales y justos, con la real y sana conciencia de hacer lo que tenía que hacer, en efecto, la justicia no sería el deber ser y merecer sino ser lo que se tiene que hacerel dinero jamás fue el motor y principal motivo de movilización humana, antes bien el asombro de nuestras miserias como potencializadoras de vencerlas, vivir para no-morir. El dinero no asegura la vida, al contrario la extermina. El dinero no hace al humano más humano, al contrario lo deshumaniza y lo aniquila, el dinero no es un valor ¿en qué momento se volvió valor? Es un medio para el servicio humano de convivencia, el dinero se convirtió en valor cuando se determinó que el hombre vive para ganar dinero, pero el hombre vive por vivir, sino crea la vida y la recrea con ideales, trabajo y solidaridad. La guerra no será nunca más necesaria sino como medio de evolución de mejora de calidad de vida, la humanidad mexicana cerrara sus oídos y conciencia a aquellas voces de chingar para sobrevivir y abrirá los ojos para estar atente a las necesidades de su gente, el estudio será creación, innovación, iniciativa para resolver las más legítimas y justas necesidades de vida de su raza, la educación gira en torno al amor a la verdad, al trabajo por vocación y a la solidaridad, como parte esencial de vida para superar la realidad y transformarla.
Las instituciones educativas formaran personas libres, no se domesticara ni oprimirá, se propondrán ideales fuera del contexto consumista, ideales que vayan más allá de un trabajo gubernamental, o de un obrero vendido a sueldo, ideales más allá de una casa, auto y pensionarse, ideales que ayuden y trasciendan a su gente, valores que no giren alrededor del dinero e intereses mezquinos, carreras universitarias que aseguren y resuelva las necesidades de nuestra gente, personas que no dependan de un trabajo que ellos aprendan a propiciar sus propias fuentes de trabajo. Que aprendan a no depender ni estar esclavizados de nada.
La iglesia fomentara la verdad y proclamara la justicia, defenderá al prójimo y será acusada y perseguida no por sus crímenes, sino por cumplir con su misión de anunciar el reino de Dios y denunciar los muchos crímenes y pecados de los hombres, predicara con el ejemplo y buscarán ser Luz para las personas, enseñara un camino de vida no con palabras, sermones o exigencias que ni ellos cumplen, sino con una vida santa, se dejaran de excusar que la santidad no la propician ellos sino Dios, que las debilidades y miserias humanas son más grandes que la voluntad y buscaran ser santos. El ejemplo será de Hombres, hombres enviados por Dios para anunciar la buena noticia sin miedo y con valor, no en lugares pobres y tranquilos, buscaran los lugares de México más violentos para evangelizar, con fortaleza y coraje, no seguirán abusando de los más vulnerables, ignorantes, dejaran de amenazar y atacar psicológicamente a sus feligreses, dejaran de abusar de niños y dejaran sus actos homosexuales, engendrarán verdad y por ella todos los perseguirán; las iglesias serán vivas no serán el escondite de Dios, enseñara el amor al prójimo, la ayuda honesta y sincera a sus hermanos, pero sobretodo cambiaran la ideología cultural mexicana, proclamaran: NO CHINGARÁN AL PROJIMO. Demostrarán que la vida en Cristo es por mucho mejor que la vida consumista, demostrarán que la verdadera realización humana es la vida conforme a Dios, y dejarán de ser pésimos ejemplos para la sociedad mexicana, sus rostros darán la luz del redentor y no reflejaran miserias y pecados. El poder que ejerce la iglesia en las conciencias del pueblo mexicano es inmenso, en efecto, su labor es fundamental, se tiene que dejar de ver a padrecito como un perdedor, vividor del pueblo y aunado a eso con múltiples vicios. La iglesia tiene el poder de cambiar a la gente mexicana, pero ha visto el poder, dinero y comodidad en ella, se instalado para vivir de ella a base de amenazas y chantajes, se necesitan sacerdotes santos, se necesitan Cristianos que ayuden a mejorar y no que sean piedra de tropiezo y escándalo de los más pequeños. La iglesia como catalizador de cambio, el ejemplo del Metanoia.
El gobierno mexicano buscará propulsar el talento mexicano, hará gente pensante, creadora, no venderá a su raza ante el mayor postor, las virtudes y talentos están en la misma gente mexicana, negará la entrada de ideologías y corrientes destructivas, nocivas, aniquiladoras del mexicano, fomentará virtudes, dará igual oportunidades, no privilegiara a los más poderosos, ni les facilitara todo, al contrario, les exigirá más para su gente, negará los recursos naturales a extranjeros y los pondrá al servicio de la raza, convocará a personas y proyectos mexicanos para extraer y aprovechar nuestros recursos, abrirá más universidades, realzara y ayudará a los marginados del país, no con programas de oportunidades sino con los medios para superarse y que no dependan del gobierno. Los gobernantes apreciaran a su gente y no la despreciaran, los tratados de comercio será con el pueblo para el pueblo, las inversiones servirán a la gente no al crecimiento del dinero, el dinero le servirá a la gente y no la gente al dinero. Sus salarios son justos en la medida que trabajen y propongan programas que ayuden y no chinguen más al pueblo, fomentado más pobreza y miseria, ya que ésta proyecta potencialmente mercenarios, ladrones, contrabandistas, asesinos, la necesidad en el mayor de los casos hace al criminal, los males del sistema el mismo gobierno los fomenta, no hay escusas ni justificaciones, ¡se puede cambiar, se puede vivir mejor, se puede dejar de chingar! El gobierno no como protector sino como propulsor de crecimiento, el ideal no es ser como las malditas primeras potencias mundiales, para heredar también su asquerosa política, sociedad y moral, el ideal no es E.U.A. ni Europa y mucho menos Asia, sino el ideal es una sociedad solidaria, propia, autentica, recetas para los auténticos problemas mexicanos, que se supere no por amor al dinero sino por ayuda y preocupación de los suyos. ¿De qué me sirve hacer riqueza en un lugar que a donde quiera que veo hay pobreza, ignorancia, vanidad, presunción, altives, un mundo que presume de ser chingón jodiendo a su propia gente? El gobierno como fomentador de crecimiento para su gente, para enriquecer a los suyos y no a ajenos. Sé que lo que estoy pidiendo es una utopía, pero jamás se dijo que las utopías fueran imposibles, son la luz que dirigen a las sociedades, denunciando lo intolerable y anunciando lo anhelado.  
Los medios de comunicación buscarán y anunciarán la verdad por más cruda que sea, el pueblo debe estar informado de la real circunstancia nacional, ya no más aletargo y paliativos masivos de comunicación, novelas y programas estúpidos que duermen a las masas mexicanas, la información debe estar al servicio de las personas, no para ocultar intereses o para el servicio de partidos políticos o poderes genocidas, buscaran proponer ideales, buscando hacer a las personas auténticas, sin proponer modelos o paradigmas huecos de humanidad, que la realidad política, económica, educativa y social sea reconocida, dando a conocer en que gastan el dinero público, dando a conocer los movimientos sociales de nuestra gente que se levantan con las justas causas que impelen a sus necesidades, informando de todas aquellas injusticias llevadas a cabo por la policía, gobernadores, alcaldes y presidentes. La sociedad mexicana necesita de un canal de televisión valiente, que busque verdaderamente informar, que se dé a conocer la realidad social tal y como es, y no transmitiendo programas, shows, concursos que hacen más a las personas mexicanas estúpidas, ociosas, morbosas, albureras, sarcásticas, burlonas, groseras, indecentes, promiscuas, programas que no denigren al mexicano ni se burlen de su miseria, parodiando una pobreza intelectual que carece de sentido pero que fomentan la burla de la desgracia ajena. Debe informar, entretener y educar sanamente. Que se fomenten valores y no: infidelidad, sexo irresponsable, adulterios, robos, traición, alcoholismo, drogas, prostitución, violencia, vandalismo, discriminación, racismo, marginación, videos y películas que fomenten valores, que fundamenten la verdadera dignidad humana, y no que produzcan curiosidad por vicios,  sobre todo para los más jóvenes que van heredando el país.
El sueño guajiro como aquel que sólo se puede triunfar, ser exitoso y feliz sólo en la imaginación, los gustos, los deseos, los anhelos, los gustos proyectados en una realidad ficticia que se puede recrear en la imaginación, la estructuración de lo que se quisiera ser y jamás se va a poder tener, una realidad alejada de toda posibilidad real de tener, más allá del mundo ideal y perfecto de Platón, superando la Utopía de Tomas Moro o la ciudad del Sol de Campanella, más allá de la perfecta Atlantis y superando la Nueva Atlantis de Francis Bacon, la estructuración imaginaria del cielo cristiano mexicano. El sueño guajiro como imposibilidad perpetua de ser estancado en la pasividad más cruel en la realidad y activa en la mente. Es la espera anhelada y creada en las ideas más perfectas e inmutables, sin embargo, el sueño guajiro, es la idea que debe ser trabajada, siempre mirando al cielo con los pies bien puestos en la tierra, la pregunta sería ¿Quién está dispuesto a trabajar por la realización del sueño o seguir en la espera más radical y cruel de querer, y ser atormentado cada segundo del día en no poder tener? El sueño guajiro es la idea: de justicia, de amor, de fidelidad, de esperanza, de trabajo, en fin, de perfección, la espera más cruel y frustrada es la que se hace en medio de la miseria, no cabe duda que desde el infierno se ve mejor el cielo, el sueño guajiro es la luz que el mexicano hasta hoy esperaba alcanzar con el más ferviente deseo de que ella viniera a él, ahora está cansado de esperar y orar, está dispuesto a levantarse caminar, correr incluso a gatas llegar a ella, es el principio del nuevo mexicano, el principio de una nueva vida mexicana, el principio de superar la cultura del chingar.




[1] Isaac Asimo
[2] Expresión muy reitera de Samuel Ramos
1.     [3] Los indios son hombres libres.
2.     Los Reyes Católicos son señores de los indios por su compromiso evangelizador.
3.     Se podía obligar a los indios a trabajar con tal de que el trabajo fuese tolerable y el salario justo, aunque se podía pagar en especie y no en dinero.
4.     Se justifica la guerra de conquista si los indios se negaban a ser cristianizados o evangelizados para lo que se creó la institución del Requerimiento.


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